Griesa o el kirchnerismo, el final es el mismo

Hay indicios de que puede llegarse a un acuerdo de último minuto, lo cual se festeja. Pero hoy lo único que está en juego es que se acelere o no el deterioro de muchas variables, no su solución. Por Federico Rouco.

Redacción Fortuna

Kicillof

Por Federico Rouco

A horas de definir si Argentina entra en un nuevo proceso de cesación de pagos, o default, es interesante ver qué cambiaría si esto pasa, o no. Hay chances de que los holdouts litigantes pidan reponer el “stay”, la cautelar que permite que Argentina siga pagando más allá del “juicio del siglo”, para poder negociar, debido a que, debido al  “chicken game” (Nombre estadounidense que se le da a la situación donde las dos partes presionan a la otra hasta que una cede para no salir más perjudicada) que se viene jugando, están próximo a chocarse con la pared.

El oficialismo está empecinado en hacernos creer que, aun cayendo en default, nada va a cambiar y que hasta podría mejorar la situación. No estoy del todo en desacuerdo con ellos. No creo que vaya a cambiar mucho la actual situación económica local. Donde sí discrepo es en que hasta pueda mejorar, ya que creo que hasta puede empeorar. La situación puede ponerse peor, aun peor de lo que es actualmente.

Estamos en medio de una recesión, inflación muy alta, tipo de cambio atrasado más allá de las devaluaciones diarias, brecha entre el dólar oficial y el blue, pocas reservas, déficit fiscal, etc. Un muy buen combo como para que, encima, si caemos en default, se nos suba la tasa de interés, nos reduzcan el financiamiento (tanto al estado como al privado, que es el verdadero problema), aumente la inflación, se profundice la recesión, aumente el desempleo, etc.

Es decir, la situación no va a cambiar mucho: La recesión, la inflación, el atraso cambiario y la brecha son moneda corriente. Lo que puede llegar a empeorar es su magnitud, dejando secuelas para el largo plazo. Claro, esto último no es prioridad de este gobierno. Para peor, si sigue cayendo la actividad, seguirá cayendo la recaudación que, frente a un gasto cada vez mayor, hará necesaria la emisión para poder monetizar ese déficit. Esto último, junto a una cada vez menor demanda de  pesos hará que aumente la inflación. La suba de tasas hará que caigan las inversiones, lo que generara menor creación de empleo y mayor desempleo.

Se está recurriendo mucho al uso político de este juicio. Es entendible, debido a la mala situación local. Pero no es correcto. Los problemas económicos y sociales son anteriores al litigio con los fondos buitres, nombre que hace referencia a Argentina como “carroña”, por lo cual no es muy grato usarlo.

Nótese que no nombre a la pobreza como un problema actual o algo que se fuera a profundizar, debido a que es muy difícil hablar del tema cuando el instituto de estadísticas local oculta las cifras. Sin embargo, no es muy difícil pensar cuál sería la evolución de ella: Si el empleo se reduce, los precios suben y las inversiones caen, la pobreza aumenta. Partiendo de un piso de 25%/27% según la UCA. Las consecuencias de largo plazo, sea cual sea el resultado de esta semana en cuanto al juicio, son gravísimas en cuanto a pobreza y acceso a las oportunidades.

En conclusión, hay indicios de que puede llegarse a un acuerdo de último minuto, lo cual se festeja. Pero esto no debe sacar de foco los problemas estructurales que deja la política económica del gobierno. Más allá de lo que pase, no habrá mucho que esperar. Lo único que está en juego es que se acelere o no el deterioro de muchas variables, no su solución. Con o sin default, este gobierno ha demostrado que se encargará de deteriorarlas de cualquier forma.

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Federico-RoucoFederico Rouco es estudiante de Economía de la UCA y de la University of Leeds, Reino Unido. Es investigador adscripto en el Centro de Investigación Aplicada de la Escuela de Negocios de la UCA e Integra el Grupo Joven de la Fundación Libertad y Progreso. Twitter: @fgrouco

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