Una de las cuatro versiones de "El Grito", la clásica obra del artista noruego Edvard Munch será subastada el 2 de mayo por Sotheby's y su actual dueño quiere superar esa cifra.
La obra, que data de 1895, muestra a una persona que se agarra la cabeza con las manos en un grito de espanto, en un paisaje de Oslo visto desde la colina de Ekeberg, y representa un emblema del movimiento expresionista.
Se trata de una de las cuatro versiones que Munch (1863-1944) realizó entre 1893 y 1910 bajo el título de "El grito" y que perteneció durante más de 70 años a la colección particular de una familia vecina de Munch, aunque antes pasó por otras manos.
Su actual propietario es Petter Olsen, un promotor noruego de bienes raíces y heredero de un imperio naviero, heredó la pintura de su padre, Thomas Olsen, un mecenas y vecino de Munch, según publica el diario WSJ.
Es la única que no está en un museo de Noruega y es la primera vez que sale a subasta: las otras tres piezas se encuentran en diferentes instituciones: dos en el museo Munch de Oslo y la tercera en la Galería Nacional del país.
"Todo puede pasar, no se descarta ninguna cifra", dijo el jefe de la división de arte moderno de la casa de subastas Sotheby's en Nueva York, Simon Shaw a los medios de prensa -en declaraciones reproducidas por la agencia DPA-, acerca de si la obra romperá o no el récord de una subasta ostentado hasta el momento por un Picasso, “Desnudo, hojas verdes y busto”, por el que se pagó US$ 106,5 millones.
En el ranking de obras más caras adquiridas en remates, le siguen un Giacometti, "L`homme qui marche I", por US$ 104,3 millones y "Muchacho con pipa" de Pablo Picasso, por US$ 104,2 millones.
Aunque "El grito" de Edvard Munch concentra gran parte de la atención, en la subasta también habrá otra gran obra maestra: "Femme assise dans un fauteuil", de Picasso, que podría llegar a los US$ 30 millones, además de otros trabajos de Salvador Dalí, Auguste Rodin y Joan Miró.
La obra
La versión de El Grito que será subastada por Sotheby's es una combinación de 12 colores brillantes con un personaje en primer plano con un orificio nasal azul y otro café. Se trata del tercer cuadro de la serie creada entre 1893 y 1910, comenta el WSJ.
Cuando creó la primera versión de El Grito, Munch, que era alcohólico y un fumador empedernido, estaba desesperado.
Se disponía a cumplir 30 años, no tenía dinero, acababa de terminar una relación sentimental desastrosa y tenía miedo de sucumbir ante la misma enfermedad mental que había afectado a su familia, cuenta Sue Prideaux, especialista en su vida y obra.
El artista situó la pintura en la Bahía de Oslo, un lugar popular para suicidarse donde se podían escuchar los gritos de un matadero y un manicomio.
Con Télam.
30-4-2012