Cómo es el ‘nido’ desde el que opera el fondo buitre que tiene en vilo a Cristina

Por Patricia Valli (*) | En una torre en Nueva York hay 300 ejecutivos, abogados, técnicos y economistas que manejan negocios y juicios. Como la Presidenta, su dueño, Singer, se queja de la prensa.

Redacción Fortuna

Por Patricia Valli (*)

A Paul Singer, el titular de Elliott Management Corporation, le molesta la publicidad que tomó el caso de la Argentina y asegura que los medios “no entienden” su forma de hacer negocios. Es una de las pocas expresiones que tiene este “malo” de las finanzas internacionales, que opera desde un imponente edificio de Nueva York, con centenares de ejecutivos y abogados para hacer negocios en distintos sectores y, lo sabe la Argentina, ganarle juicios a países de los que compra títulos de deuda a precio vil.

Así, el dueño del fondo NML Capital que demandó a nuestro país señaló en una carta a los inversores del “hedge fund” por el segundo trimestre de 2014, que “Elliott no busca esta publicidad”.

“Nuestras vidas serían más fáciles si la prensa se preocupara menos por esta posición particular o similares posiciones que atraen atención. The Economist escribió un artículo con la tonta e hiperbólica proclama de que nuestro caso alentará a muchos otros inversores a seguir nuestro ejemplo, agregando que ‘hay formas más fáciles de hacer dinero’. Creemos que muchos de nuestros inversores estarían de acuerdo”, cuestiona Singer en el informe a los accionistas.

El titular del fondo buitre argumenta, no obstante, que no todos pueden hacer lo que él hace y que sus inversiones se basan en la dedicación: “Como hemos notado, una de las razones por las que continuamos viendo oportunidades atractivas, aun en el ambiente hambriento de resultados, es que las situaciones complejas, que requieren mucho trabajo, no son para todos”.

El archienemigo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner comparte, sin embargo, las críticas a la prensa. “Mientras que muchos periodistas y analistas generalmente malinterpretan de lo que se trata Elliott, nosotros entendemos que esta publicidad es –ocasionalmente– el costo de adherir a nuestra filosofía, que es buscar posiciones no correlacionadas en los determinantes claves para destrabar valor son nuestra propia creatividad y trabajo duro”.

Sin embargo, Singer parece estar lejos de quejarse de la prensa cuando lo ensalzan por su activismo a favor del matrimonio igualitario o cuando lo presentan como el gurú de Wall Street.

Estrategias. El multimillonario, que invirtió en empresas como la minera Barrick y la protagonista del incendio de principios de año en el barrio porteño de Barracas Iron Mountain, emplea a unos 300 trabajadores en su fondo con base en Nueva York y, como parte de la cautela o paranoia posterior a los ataques de 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center, construyó unas oficinas de “prevención de desastre” en la vecina New Jersey que replican a las de número 40 de la calle 57 en la Gran Manzana. En esas oficinas opera por ejemplo Jay Newman, el gerente que ha llevado el caso con la Argentina.

Cuando encargó el diseño de estas oficinas en 2003, Singer tenía en mente un “plan de crecimiento a diez años”. Serían similares a las instalaciones de Nueva York para que nadie se sienta desorientado en caso de que haya que relocalizarse, según explica la firma Frank Marcotullio, que llevó adelante el proyecto en un predio conectado a través de fibra óptica con la sede central y mantiene los mismos tonos de madera clara y beige para enfatizar la “calma, calidez y confianza”.

Pese a sus planes de crecimiento de largo plazo y su política de tomar riesgos donde nadie quiere, Singer asegura que no le gustan las demandas judiciales porque son “inciertas, caras y consumen tiempo”. Sin embargo, sus esfuerzos incluyen muchas horas de lobby, incluso para revertir leyes y generar excepciones de la mano de los congresistas de los Estados Unidos.

Según recapituló el titular de Jubilee USA, Eric Le Compte, en el litigio de Elliott contra Perú, en 2004, los fondos buitre llegaron hasta a modificar la legislación que impedía comprar deuda en default para litigar. En ese momento, un fallo de primera instancia le dio la razón a Perú sobre una compra que había hecho el fondo de Singer con ánimos de judicializar el reclamo. Pero en la apelación se revirtió el fallo y allí entró en escena el lobby en la legislatura de Nueva York que modificó la ley 489 para exceptuar a las deudas de más de US$ 500 mil. En ese momento, el lobby no se atribuyó a Elliott sino a Bluebird Partners v. First Fid. Bank.

Pero los fondos comparten un modus operandi. En las últimas semanas, la Securities and Exchange Commission (SEC), la comisión nacional de valores de los Estados Unidos, comenzó a llevar adelante una investigación por entrega de información privilegiada que involucra a funcionarios de la Cámara de Diputados del Congreso de los Estados Unidos y a más de 44 “fondos de inversión”, 25 de ellos con base en Nueva York.

(*) Publicado en la edición 906 del Diario PERFIL