El duro para el que las cuevas están ligadas a los bancos

“Tenemos el sistema financiero en la mira”, dice uno de los cerebros de las razzias en la City. Procesado, habla de Báez y el caso Liuzzi.

Redacción Fortuna

Por Paola Quain (*)

El mundo de traje y corbata que habita la City porteña quedó bajo la lupa de un joven metalero. Carlos Gonella, el abogado cordobés de 39 años quien desde 2012 se desempeña al frente de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), impulsa junto con la Comisión Nacional de Valores (CNV), el Banco Central y la Unidad de Información Financiera (UIF), la cruzada contra las operaciones del dólar blue, con el objetivo de mantener la tranquilidad cambiaria en un año de elecciones y tiene una obsesión: demostrar que las cuevas dependen de los bancos.

—¿Cómo es buscar que baje la brecha cambiaria, una variable clave de la economía, desde una fiscalía?

—Buscamos promover investigaciones penales, llegar a los delincuentes que se están enriqueciendo de manera escandalosa para que sean juzgados. No hay un objetivo  de acortar la brecha cambiaria porque la política económica está a cargo de organismos del Poder Ejecutivo, aunque la consecuencia de nuestra tarea pueda contribuir a eso.

Por nuestros fundamentos filosóficos, buscamos que la sociedad sepa que se castiga a algunos en determinadas situaciones y confíe en el derecho para evitar nuevas infracciones. Desde una visión negativa, se busca que el miedo neutralice esa conducta luego de que la gente ve lo que le pasa a un delincuente.

— El Banco Macro es apuntado por conspirar en el mercado de divisas y el BCRA le abrió un sumario por otros motivos. ¿Lo investiga la Procelac?

—Tenemos muchísimas investigaciones en marcha, no puedo dar detalles puntuales, pero sí puedo decir que tenemos al sistema financiero en la mira. Nuestro desafío está en encontrar esos vínculos, que nos permita determinar que las cuevas son terminales de un banco.

—¿Se siente condicionado porque en su momento fue cercano a la Casa Rosada?

—Yo no tengo ningún condicionamiento, ni del Ministerio Público, ni del Poder Ejecutivo ni de nadie. Aplico mi protocolo de trabajo.

—A veces parece que hay intocables en la City.

—Hay gente muy poderosa con capacidad de operar sobre el sistema. Denunciamos al HSBC por el uso de cuentas genéricas utilizadas por empresas que suministraban facturas apócrifas por donde se lavaron en seis meses $ 450 millones, y esa causa la está investigando el foro penal tributario. En la causa de las 4.040 cuentas en Suiza, nos pusimos a disposición del fiscal, pero no solicitaron ayuda. También investigamos al BNP por asociación ilícita y lavado de dinero.

—El año pasado hubo inspecciones en cuevas en las que existieron llamados a la Casa Rosada para frenar el procedimiento y está siendo investigado Carlos Liuzzi, el número dos del secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini. ¿No hay vínculo del dólar ilegal con el Gobierno en las llamadas “cuevas del poder”?

—Yo creo que hay círculos muy poderosos. Hay una causa de conocimiento público que está judicializada, la de Carlos Liuzzi, que es una derivación de la causa judicial que ya estaba en trámite. En esa causa no nos han pedido colaboración, pero al estar en trámite esa causa judicial no podemos meternos. No somos una súper-fiscalía con capacidad de gestionar todos los casos.

—El juez Martínez Di Giorgi lo procesó por excluir al empresario kirchnerista Lázaro Báez de una investigación por lavado de dinero. Con ese procesamiento, ¿no queda afectado su trabajo en la Procelac?

—El procesamiento que se me dictó por lo de Lázaro Báez tiene un grado de arbitrariedad increíble porque los conflictos judiciales no se pueden resolver de cualquier modo porque si no, se genera violencia. Porque una decisión judicial no puede ser arbitraria, tiene que resolver un conflicto en base a las pruebas. Y el argumento está centrado en el relato mediático en un caso que se recontra politizó.

—Ustedes persiguen delitos económicos, pero hay gente que compra y vende en el mercado ilegal porque no puede acceder al oficial. ¿Cómo se resuelve eso?

—Hay un problema cultural,  el mercado ilegal se ha naturalizado no sólo en el mundo de las finanzas, sino también a nivel discursivo en los medios cuando se habla de “blue o paralelo”, cuando hay una ley que dice que es un delito.

—En los últimos meses se profundizaron los operativos en el microcentro y bajaron las operaciones. ¿Qué conclusiones sacan?

—Cada región tiene su particularidad. En Buenos Aires, nuestra hipótesis es que la cueva está vinculada con los delitos propios de la actividad bursátil, en principio, por su ubicación. Hay fraude financiero y fraude bursátil. Y la sospecha es que se fondea con actividades ilegales como el narcotráfico.

—Dentro de la comercialización ilegal, ¿cómo se reparten las responsabilidades?

—El menos dañino es el arbolito. Es un sujeto con un perfil de vulnerabilidad, generalmente un extranjero que está trabajando por la comida. En las investigaciones, logramos vincular cinco cuevas a una misma persona. Pero cuando pedimos el allanamiento a su domicilio no nos acompañó el juez. Tenemos que llegar mucho más arriba, tenemos que llegar hasta los bancos.

(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.