Otra mentira del relato: un 21% está alcanzado por Ganancias

Se trata de alrededor de 3 millones de trabajadores y jubilados que reciben ingresos superiores al mínimo no imponible de $15.000. Los números que maneja Economía.

Redacción Fortuna

Otra vez problemas con los números. Parece que para Economía los datos acerca de cuántos trabajadores y jubilados están alcanzados por el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias no son tan “reales”.

En conferencia de prensa, el ministro de Economía, Axel Kicillof, dijo "el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias está muy bien, y afecta aproximadamente al 6% u 8% de los trabajadores argentinos. Y si se toma sólo a los trabajadores registrados, esa cifra sube al 11%".

Sin embargo, en base a una investigación encarada por Infobae, se pudo saber que en realidad un total de entre 1,5 y 2,9 millones de personas son en realidad alcanzadas. En el primero caso representa 8,5% del total de trabajadores y 14,3% de los ocupados registrados; mientras que en el segundo sube a 16,3% y 27,6%, total y en blanco, respectivamente.

Si bien en un principio el impuesto alcanzaba a los salarios superiores a $15.000, éste se ha vuelto regresivo y alcanza a:

- Transportistas con unos 313.000 trabajadores registrados (168.500 abocados al tráfico de pasajeros por buses y ferrocarril y 145.4 00 al movimiento de cargas por esos medios);

- Bancarios 103.460;

- Telecomunicaciones 73.900;

- Seguros 61.600;

- Industria plástica 47.500;

- Sector de energía eléctrica 40.000;

- Laboratorios 37.600;

- Terminales automotrices 30.000 personas, entre otras.

En tanto, dentro del sector público registrado por el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones sobresalen los empleados por los organismos descentralizados con casi 136.875 personas que en promedio percibían a fines de 2013 más de $15.000; $33.000 en las empresas públicas; $20.900 en el Banco Nación; y $11.900 en el Poder Legislativo.

Así, Ganancias se ha convertido en un gravamen destinado a captar el impuesto inflacionario y debilitar el poder de compra real de los trabajadores y con aplicación discrecional, abandonando un principio básico de política tributaria.