A lo Kicillof, Grooveshark también perdió con Griesa

El sitio debió cerrar su servicio para evitar una demanda por más de US$ 700 millones.

Redacción Fortuna

Que en el mundo haya hoy un poco menos de música –o un lugar menos donde escucharla– se debe entre otros a un viejo conocido de la Argentina: el juez neoyorquino Thomas Griesa, quien le dio un empujoncito al cierre de Grooveshark. El sitio de streaming de canciones y discos optó por bajar la persiana virtual el jueves para evitar una demanda por más de US$ 700 millones.

Grooveshark había aparecido cuatro años después del cierre de Napster en 2001 y prometió llenar el vacío que había dejado el precursor en el intercambio de música online, perseguido por copyright por bandas como Metallica. Duró diez años. Después de cambios en las condiciones, algunas licencias pagas y muchos agujeros legales, el jueves cerró, borró todo el contenido protegido por las leyes de propiedad intelectual y cedió hasta sus propios derechos y patentes.

El detonante de la decisión, más allá de la presión de larga data de las discográficas fue una orden de Griesa, el magistrado de más de 80 años quien consideró que las violaciones de derechos de Grooveshark fueron “voluntarias” ya que los dueños de Grooveshark, Samuel Tarantino y Joshua Greenberg, ordenaron a sus empleados subir música de Madonna, Bob Marley y Eminem contra los reclamos de Universal Music, Arista, Sony y Warner, entre otras.

Según la orden del juez que falló en contra de la Argentina en las demandas de los fondos buitre, las acciones de Grooveshark podrían llevarlo a pagar daños de hasta US$ 150 mil por canción, lo que implicaría que la controlante del sitio, Escape Media Group Inc., podría llegar a pagar hasta US$ 736 millones.

Despedida. Con fondo oscuro y letras blancas, lejos del vibrante color naranja que lo caracterizó, www.grooveshark.com explica que durante diez años buscó ayudar a los fans a compartir y descubrir música, pero reconoció que “más allá de las buenas intenciones” falló en “asegurar las licencias de quienes tenían los derechos” sobre el servicio de música. Además, recomienda “usar un servicio con licencia” y recuerda que, cuando se lanzó el sitio, había pocos servicios ofreciendo música por streaming.

Hoy, en cambio, reconoce el aumento de la competencia: Spotify, Deezer, Google Play y Beats Music. Que sea rock.

En esta Nota