Entre ortodoxos y nacypop, los empresarios prefieren a Bein

El asesor económico de Daniel Scioli pareció concitar más respaldo entre los ejecutivos que hace un mes rechazaron recetas liberales de Broda, Melconian y Espert y ayer se enfurecieron con la defensa oficialista de D'Attellis. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

Por Jairo Straccia (*)

Un mes después de escuchar reclamos de ajuste de parte de un “dream team” de la ortodoxia argentina con Miguel Angel Broda, José Luis Espert y Carlos Melconian, este mediodía los mismos empresarios se volvieron a sentar en un almuerzo para escuchar un “resto del mundo” de economistas más heterodoxos, desde el kirchnerista Agustín D'Attellis hasta el consultor Miguel Bein, asesor del presidenciable Daniel Scioli, y el referente radical, Javier González Fraga.

Si el 15 de abril había existido un rechazo generalizado a un mensaje que entendieron “anti-industrial” y “demasiado liberal”, hoy la bronca se concentró en D'Attellis, destinatario de un murmullo insultador nada respetuoso cada vez que defendía hasta lo inimaginable una política oficial. La conclusión: ganó Bein, es decir, la moderación a lo Scioli, o por ponerlo en un eslógan, “la continuidad con cambio”. Junto a González Fraga, concitó adhesiones cuando habló, como lo viene haciendo en sus informes, de redireccionar subsidios y reducir retenciones dañinas, además de un descenso paulatino de la inflación y una liberación gradual de las restricciones cambiarias.

Eso se desprendió por lo menos de las más de dos horas de charla que organizó otra vez en el hotel Alvear de Recoleta el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), que encabeza el rey de los aeropuertos y CEO de la Corporación América, Eduardo Eurnekian. Hace un mes había generado incomodidad en los asistentes cuando Espert había hablado de “décadas de populismo industrial”, Melconian de revisar “la fantasía de la Anses” y Broda de que hacen falta “un Cavallo y doscientos técnicos”. El Gobierno, con el ministro de Economía, Axel Kicillof, a la cabeza, habían salido en masa a responderle que esos eran los gurúes que querían volver a los noventa. Eurnekian al poco tiempo se mostró en Rusia con la presidenta Cristina Kirchner y refrendó acuerdos por represas energéticas con funcionarios. En paralelo, avanzó en el armado de una “segunda parte” de análisis económico más keynesiana y menos laissez faire. Al término del meeting de hoy, esta tarde, uno de los hombres que construirá Chihuido I anunció quién será el invitado de honor de la próxima comida: Kicillof, el miércoles 1º de julio.

El gran consenso que cruzó el intercambio es la necesidad de que la próxima década sea la de la inversión, luego de una década de bomba al consumo. Las grandes diferencias surgieron respecto de qué hacer con el tipo de cambio y la restricción de divisas que marca la economía desde noviembre de 2011. Bein insistió en su tesis de que hay que definir qué hacer con los dólares disponibles, mientras se arreglan desajustes estructurales. González Fraga fue más allá: “Es una torpeza y un disparate financiar los dólares que se van por compras en Amazon y turismo cuando no hay insumos importados en los hospitales”. La cifra que esbozó el radical es que ahorro, más turismo y compras online se llevan unos US$ 1.000 millones por mes. D'Attellis aprovechó los comentarios para chicanear con que en el fondo todos apoyan en parte el denominado “cepo”.

Escuchaban en una mesa el propio Broda, inmutable, junto a Rodolfo Santángelo, el socio de Melconian y Javier Milei, economista jefe de la Corporación América. Las preguntas del auditorio buscaban más cuestionar a D'Attellis que inquirir sobre algún tema en especial. “¿Cuál es la pregunta?”, emergió casi en su defensa en un momento el propio Bein, cuando un empresario llevaba varios minutos hablando de los fracasos del estado kirchnerista. El asesor de Scioli estaba suelto al punto que llegó a pedir champán para los expositores, mientras tiraba en su alocución un “como me decía Lula cuando estuvimos con Daniel en Brasil”. Cuando le hicieron notar que parecía demasiado medido en sus definiciones, remató: “Estoy bajo el teorema de Balgini”, en referencia a la expresión que se le atribuye al ex legislador radical Raúl Baglini, quien sostenía que cuanto más cerca está un político del poder, más cauto es en sus expresiones sobre lo que hará. Hubo aplausos que sirvieron de cierre antes del brindis.

(*) Editor de la sección Economía de Diario Perfil. En Twitter: @jairostraccia

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