Renunciar por WhatsApp y otras historias de cómo convivir en la oficina con un ‘millennial’

Por Cintia Perazo | Empresas de la nueva economía beben su propia medicina al contratar a personal nacido y criado en entornos de alta tecnología.

Redacción Fortuna

“Por este medio notifico mi renuncia…”. Esta oración antecedida de la fecha y el lugar no llamaría la atención a ningún empleador si formara parte de un telegrama o carta formal de renuncia. ¿Pero si el texto llegara por WhatsApp al jefe? Lejos de ser una idea peregrina, el argumento de una película, o parte de un libro de ficción, esto le sucedió a Mauro Mattioda, CEO de Softtek, empresa que brinda servicios de IT.

“Nosotros realizamos proyectos en varios países. Teníamos uno en Brasil y armamos un grupo de trabajo que debía viajar regularmente. Una persona, en uno de los viajes, no fue a lo del cliente y no podíamos encontrarla. Al ver la insistencia con que tratábamos de contactarlo nos mandó un mensaje de WhatsApp diciéndonos que renunciaba a través de ese medio. Creyó que eso era suficiente”, relata, aún con asombro, el CEO de la empresa tecnológica.

Según Mattioda los millennials son tan abiertos al cambio que no suelen hacer un proceso de cierre formal al irse de una empresa. “Al renunciar, no van a buscar su liquidación final, no llevan las constancias de sus aportes y ni siquiera buscan el último cheque por los días trabajados. Se van a un proyecto nuevo, incluso a otro país, de un día para el otro”, asegura.

Los millennials nacieron entre 1981 y 1996, viven hiperconectados, realizan varias tareas a la vez, se comportan como consumidores exigentes y buscan el éxito profesional a través de actividades que disfrutan. Según un estudio de Darriens, empresa de tecnología y soluciones de publicidad digital, para 2020 los millennials constituirán el 41% de la fuerza de trabajo, y para 2030 superán el 70%.

Esta generación de más de 1.700 millones de personas en todo el mundo es tecnológica, flexible y creativa, tanto como impaciente, ambiciosa y con altas expectativas hacia sus empleadores, lo que representa un gran desafío para las empresas.

Radiografía. Esta generación es multitasking, acostumbrada a hacer varias cosas al mismo tiempo. Escuchan música, chatean, hablan y trabajan, todo al mismo tiempo. “Están acostumbrados a hacer muchas tareas, pero cortas, con resultados a corto plazo y que generan una rápida satisfacción. Hacer con ellos un plan de carrera y una proyección no sirve. Para ellos, seis meses es un proceso largo y esperan cambios en ese período. Si no los consiguen se sienten estancados”, dice Mattioda.

Ahí aparece el primer punto de conflicto: que sean ágiles no es negativo y tampoco lo es que no tengan miedo al cambio, pero les cuesta entender que deben seguir un camino para llegar a un ascenso.

“Tienen las cosas claras pero quieren todo ya. Prefieren el cambio a esperar alcanzar ese objetivo (...) presionan por conseguir esa posición antes. Y como en el mercado de IT hay mucha demanda laboral, es usual que se vayan a otra empresa en cuanto pidan a alguien con ese cargo”, cuenta el CEO de Softtek.

El estudio de Darriens reveló, además, que los millennials consideran el trabajo como una fuente de ingresos pero, a diferencia de generaciones anteriores, para ellos es indispensable que su trabajo les permita equilibrar su vida profesional y personal, es por eso que el 61% exige que se le respete su horario de salida. Buscan libertad y dinamismo constante.

Moda y progreso, su estilo

Los millennials desean sentirse originales y cómodos siempre. El 36% está interesado en trabajar en el extranjero para proseguir su trayectoria profesional, por lo que prefieren empresas con presencia internacional. “Uno de sus principales valores es la sed de aprender y de combinar el desarrollo de procesos antiguos con innovaciones que generan oportunidades de crecimiento. Son emprendedores natos con mucha energía y nuevas ideas”, cuenta Francisco Vernetti, director general de Darriens Argentina.

Para Mattioda la clave para atraer a empleados de esta generación es crear espacios más inclusivos. “Valoran mucho la amistad y el compañerismo. Nosotros implementamos Yammer, una herramienta colaborativa de Microsoft, que permite armar una red social interna. Enseguida la adoptaron y armaron foros y grupos. Pertenecer al grupo es muy importante para ellos”, detalla.

Publicado en la edición impresa de diario PERFIL

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