Los argentinos de Wall Street piden más ajuste a ‘los chicos’

Por Jairo Straccia | Financistas que conocen a los técnicos de Cambiemos elogian a Macri, pero critican el pago a jubilados. Interesa más la Anses que el blanqueo.

Redacción Fortuna

Desde Nueva York

Algunos llegaron a Estados Unidos en los 90, otros a mediados de los 2000. Entrenados en el samba financiero argentino, la montaña rusa de Wall Street les pareció un desafío manejable. Son, según sus propias estimaciones, unas 100 o 120 cabezas argentinas que trabajan en uno de los mayores centros financieros internacionales. Y por primera vez en 15 años, desde que llegó el gobierno de Mauricio Macri, se encuentran con un equipo económico “del mismo palo” en su país de origen. Van por la revancha y ya aconsejan invertir en “el emergente de moda”, aunque –el argentino siempre se queja– reclaman al ex colega y hoy ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, que “dé señales más claras” de cómo va a bajar el déficit fiscal: “El cambio en las pensiones sumó 1,5% más al rojo de las cuentas”, resumen.

PERFIL recorrió durante diez días sus oficinas en las moles de cien pisos del bajo Manhattan. También en “little San Isidro”, como llaman a Greenwich, en el estado de Connecticut, copada por ex habitantes de la zona norte del Conurbano. La comunidad se viene expandiendo desde aquel escenario que describió el periodista Hernán Iglesias Illia en su libro Golden Boys. Con la novedad del momento: varios de ellos se tomaron el vuelo para aterrizar en Cambiemos. Y volver al samba.

La mayoría arranca bien temprano. Entre las 6 y las 7 de la mañana ven qué pasó en Asia, cómo abrieron los mercados en Europa y poco después empiezan a mirar Latinoamérica. Y ahora de nuevo miran a su tierra. “Hace diez años que no miro la Argentina, ahora hay una normalización”, repite un operador con 28 años en la Gran Manzana. “Hay mucho capital de corto plazo entrando al país”, añade.

Los capitales les huyen hoy a las tasas negativas (menores a la inflación). “Si yo miro los números de la provincia de Córdoba como si fueran de una empresa, me llaman a invertir tanto como los bonos de Angola”, explica.

La otra JP. Con bajo perfil y off the record, están en sintonía como nunca con el equipo económico. Además de a Prat-Gay, en la sede de JP Morgan, en la avenida Madison al 383 conocen bien al secretario de Política Económica, Vladimir Werning, que hasta hace meses era economista jefe del banco, o al secretario de Finanzas, Luis Caputo, con paso por el Deutsche Bank y también por Morgan en Buenos Aires. De hecho, en JP Morgan, el CEO global de banca de inversión, Daniel Pinto, nació en Lomas de Zamora. La JP de Manhattan también tiene a Nicolás Aguzín, otro argentino, como responsable para Asia, y a otro más, Martín Marrón, como CEO para Latinoamérica. En el más grande y legendario de los bancos de Estados Unidos, fundado por John Pierpont Morgan a principios del siglo XX, son muy optimistas. Ven la economía argentina creciendo al 4% en el último trimestre con un tipo de cambio de apenas 15,60 pesos por dólar en diciembre y un 2017 con un salto del PBI al 3,4% e inflación del 20%.

Más ajuste. Basta ver las webs de fondos de inversión para encontrar “lobos argentinos” de Wall Street. En Gramercy hay dos: Gustavo Ferraro y Javier Ledesma Arocena. El fondo VR Capital tiene oficinas en Buenos Aires. También hay argentinos en Marathon. Atraso cambiario y crecimiento gana elecciones, resume otro financista argentino, con malas experiencias en la función pública y menos entusiasmado. “Yo creo que el Gobierno va a un crecimiento mediocre, porque no hizo el ajuste de shock al comienzo y por eso no tiene boom de inversiones”, dice, mostrando qué distintas se ven las cosas a 8.500 kilómetros de distancia. Varios recibieron llamados del Gobierno para pedirles que no les tiren “fuego amigo”.

Otro argentino de diálogo frecuente “con los chicos de Hacienda”, recuerda que “Alfonso” y “Vladi” siempre dicen que la Argentina en cuanto vuelva a crecer según su potencial generará más recursos y licuará el bache fiscal, hoy en 5 o 6%. Ven, sí, dos negocios en el proyecto del pago a los jubilados. Uno, las acciones que la Anses tiene en empresas. “Son unos US$ 5 mil millones, y en muchos casos son empresas atractivas”, dice un ex lobo del Microcentro. “Espero que el Gobierno las subaste”, dice otro. “A mí me interesaría, por ejemplo, entrar en una empresa como Consultatio”, dice otro. La otra posibilidad es más de largo plazo: que vuelvan los fondos privados de pensión.

¿Y el blanqueo? Están los que dicen que “es para los propios argentinos” y los que dicen que “afuera el garrote es muy fuerte el año que viene”. “Hasta las islas Mauricio intercambiarán información”, dicen respecto del paraíso fiscal que lleva el nombre del Presidente, en Africa.

Todos ven que Brasil tocó fondo

Para los mercados financieros, parece que todo el problema era Dilma Rousseff. Porque de golpe Brasil, donde todavía no se sabe cómo termina la investigación por corrupción que empezó en Petrobras (el nuevo gobierno de Michel Temer ya perdió dos ministros), parece que en el segundo trimestre tocó fondo y empezaría a estabilizarse hacia fin de año. ¿Cómo llegan a ese pronóstico? Dos respuestas desde los bancos de inversión (que no contemplan la opción de otra vuelta de Dilma):

-Se frenó la salida de capitales por “el cambio de expectativas” tras el polémico impeachment a la presidenta del Partido de los Trabajadores. El tipo de cambio se estabilizó en 3,50 reales por dólar, y los pronósticos de bancos como el Citibank o JP Morgan es que ese contexto financiero llevará entre julio y septiembre a un recorte de tasas de parte del nuevo banco central que conduce Illan Goldfajgn.

-Brasil sigue teniendo una muy fuerte posición de reservas. Con unos US$ 370 mil millones “no está en la misma situación de cuando asumió Lula, que tuvo que pedirle plata al FMI”, asegura un operador en Wall Street.

Publicado en la edición impresa del diario PERFIL del domingo 19 de abril de 2016.

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