Luego de la previsión de Morgan Stanley sobre inversiones millonarias, el organismo multilateral de crédito cree que el país crecerá un 2,7 en el presente año.
El Gobierno nacional respiró aliviado esta semana con los anuncios del banco estadounidense Morgan Stanley sobre la previsión de millonarias inversiones extranjeras directas para la Argentina y ahora el Banco Mundial suma otro anuncio que va en línea con las propias expectativas del Cambiemos.
La economía argentina crecerá en 2017 un 2,7 por ciento, luego de una caída del 2,3 por ciento en 2016, de acuerdo con las "Perspectivas económicas" dadas a conocer en las últimas horas por el Banco Mundial.
El organismo multilateral de crédito pronosticó también un crecimiento del PIB del 3,2 por ciento tanto en 2018 como en 2019.
El 2,7 por ciento previsto para este año coincide con el pronóstico de crecimiento del PIB mundial, ajustado a la baja en una décima a raíz de la "creciente incertidumbre" sobre la política económica que llevará adelante el futuro presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Las previsiones de crecimiento argentino en el trienio 2017/2019 superan a las de Brasil y México, que este año serán del 0,5 y 1,8 por ciento, respectivamente, según las estimaciones del BM. No obstante, la previsión para la Argentina se ubica 4 décimas porcentuales por debajo de la informada en junio del año pasado.
La entidad señaló que "América del Sur vio una recesión más aguda en 2016 que en 2015, pero sin embargo se espera que rebote el 2017".
Asimismo, destacó que los nuevos gobiernos de la Argentina y Brasil "aparecen focalizados a corregir los desequilibrios fiscales y macroeconómicos".
“La puesta en marcha de reformas pro mercado y que crean un entorno empresarial favorable (en ambos países) y el arreglo de la Argentina con sus acreedores fueron acontecimientos propicios que mejoraron la percepción de los inversionistas", dice el Banco Mundial.
El factor Trump. Advirtió además el BM que, en materia de riesgos, "los cambios de política en Estados Unidos y en la zona del euro, como la restricción del comercio o la migración, podrían tener repercusiones perdurables en la región". "Una recuperación más lenta que la prevista en los precios de los productos básicos menoscabaría las perspectivas de los países de la región que exportan esos productos", dice el informe.
El Banco Mundial concluye que "toda modificación del ritmo de endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos podría ocasionar oscilaciones en las tasas de interés y fluctuaciones en los flujos de capital, que podrían perjudicar a las economías vulnerables".
