"El ambiente de inversión va mejorando en el país"

Por Ceferino Reato* y Claudio Celano Gómez ** / El dueño del Grupo IRSA elogia que los cambios sean "despacito" y anticipa un 2018 "muy bueno". Su receta para el éxito.

Redacción Fortuna

Una entrevista inusualmente larga para un empresario tan focalizado en su trabajo, en su “misión”, como diría él. Una charla donde no solo se habló de números sino también, y especialmente, sobre cómo decide una persona ubicada en el vértice de los negocios, no solo en la Argentina sino también en otros países, como Israel. Definiciones claves para entender hacia dónde va el gobierno del presidente Mauricio Macri, al menos desde el punto de vista del empresariado.

Para Eduardo Elsztain, Macri está haciendo lo que debe hacer y en el ritmo adecuado para que los cambios sean sustentables: “Hacer los cambios despacito tiene su valor porque un plan de corto plazo no sirve. Despacito se llega lejos”, señala en su oficina en el microcentro porteño, a menos de cien metros de la Plaza de Mayo. En ese marco, el futuro luce despejado: “No veo ningún riesgo sistémico en la Argentina”.

Fortuna: Hace casi 40 años que está al frente de una de las compañías más importantes de Real Estate del país. Además de estar también en el negocio financiero. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

Elsztain: El éxito tiene que ver con que cada persona encuentre su propia misión. Como si fuera algo particular de cada uno. Cuando conozco y hablo con emprendedores jóvenes, me fijo en lo que se están metiendo y ver si realmente es su misión. Primero, es clave encontrar el camino de lo que uno está convencido que quiere hacer, y después se requiere mucha paciencia y perseverancia.

Fortuna: Cuándo usted está frente a una oportunidad de negocio, ¿en qué se fija?

Elsztain: Es muy distinto el contacto con una oportunidad de negocios cuando tenía 20, a los 30 o ahora. Pero siempre podría decir que hay dos cosas importantes. Por un lado, tengo que tener muy buena información de cuál es una oportunidad. Y, por otro lado, hay algo instintivo, que siempre está y es muy difícil de describir. Es una sensación. Es una combinación de ambas cosas. Nuestra actividad, a pesar de lo diversa que parece, está muy centrada en un la actividad inmobiliaria y la financiera. Lo que hicimos en los últimos 35 años es siempre desarrollo inmobiliario y compra en ubicaciones estratégicas. En el sector inmobiliario, si bien la ubicación es fundamental, también lo es el momento en que se compra, la forma de financiar el proyecto y, cuando corresponde, también el momento de venta.

Fortuna: ¿Para usted es también como una cuestión lúdica?

Elsztain: Lo tomo muy en serio pero me divierto mucho (risas). El hacer cosas con gente, al hacerlo con felicidad, me da alegría. En el hacer, creo yo, es cuando se va aprendiendo. Todo el tiempo aprendo cosas. Cuando comencé, de uno que aprendí mucho fue Peter Gruber. Lo conocí cuando yo tenía 25 años y él tenía 55. Él era un gran capitalista y yo un adolescente que quería hacer negocios. Charlé con él varios años hasta que lo convencí de hacer un desarrollo inmobiliario, que era para urbanizar un terreno ocupado detrás del cementerio de José C. Paz. Fue una relación muy importante para mí, porque entendí cómo se hace y planifica estratégicamente un negocio y cómo se financia.

Quizá fue gran parte del aprendizaje que tuvo con Gruber lo que llevó a Eduardo Elsztain a dar un paso más. Nunca tuvo miedo, ni siquiera cuando se sentó cara a cara con George Soros y, sin temblarle la voz, le dijo que podía armar un portfolio de u$s 10 millones para invertir en la Argentina. La reunión duró menos de una hora y obtuvo un sí como respuesta. Fue el salto de Elsztain a las primeras ligas en el mundo de los negocios. “En los 80s hice negocios medianos, hasta que me fui a vivir un año a Nueva York. Fue como un año sabático en el que me junté con inversores. Hasta que conseguí sentarme con Soros. En mi oficina éramos tres, y lograr esa cantidad de dinero para invertir fue muy grande para mí”.

Con el dinero de Soros, el actual presidente de Grupo IRSA compró acciones de todo el mercado argentino. Era principios de los 90, justo antes de que la Bolsa de Buenos Aires subiera sin parar gracias a la Convertibilidad. “Subió tanto la Bolsa, que decidimos liquidar el portfolio y vender. Habíamos ganado mucho. Me llamó Soros y me dijo que quería invertir u$s 45 millones más. Ahí fue cuando decidimos comprar IRSA, y los primeros edificios. Y, en esos momentos, fue que tomamos la decisión de capitalizar la compañía”, explica Elsztain. El primer año lo hicieron por u$s 16 millones, lo mismo que el segundo año. Ya en el tercero se capitalizaron por u$s 64 millones, el cuarto por u$s 120 millones y, luego de un año de recreo, al otro tomaron capital por u$s 240 millones. “Lo hicimos en un contexto en el que había como una especie de boom en el mercado de capitales, que empezó en México y llegó hasta la Argentina. Fue el gran crecimiento de los mercados emergentes. Lo que más nos consolidó fue haber sido conservadores y obtener capital. Hicimos una compañía donde captamos capital y empezamos con los grandes desarrollos desde el 90 hasta el 97. Con el intervalo de la crisis de México”.

Fortuna: ¿Cuáles fueron los momentos más difíciles para usted y la compañía?

Elsztain: El momento más duro fue 2001 y 2002. Habíamos hecho un crecimiento tan fuerte y una expansión tan grande… teníamos la compañía de real estate casi más grande de Brasil y habíamos replicado la estrategia en Venezuela y estábamos por emularla en Perú. En ese contexto vino el default y teníamos el 100% de la financiación afuera, en dólares. Pero fue en esos momentos donde mejores decisiones tomamos. Vendimos las operaciones de Brasil y de Venezuela y dos campos. Hubo grupos que se quedaron paralizados, esperando como una solución, en cambio nosotros avanzamos. En 2002 fuimos el primer grupo que salió a emitir un bono. Fueron u$s 200 millones en bonos convertibles en un contexto de un mercado paralizado. Captamos u$s 100 millones en IRSA, u$s 50 millones en Cresud y u$s 50 millones en Alto Palermo. Los banqueros nos decían que no había interés en nuestro país, pero salimos igual y encontramos el dinero. Fuimos sin banco de inversión, porque fuimos solos.

Fortuna: ¿Siempre salió bien parado de las crisis?

Elsztain: Son momentos difíciles, pero con buenas decisiones pudimos salir adelante. Nos agarró fuerte en 2008 también, que fue una crisis internacional, no local. Pero también, en vez de asustarnos, aceleramos e hicimos inversiones muy importantes en Estados Unidos, en medio de la crisis de las hipotecas. Compramos un REIT (un fondo de inversiones especializado en hoteles), el edificio de Lipstick en Nueva York, que es muy emblemático en Manhattan. También el edificio del HSBC. Entramos súper bien en EE.UU. y fue precisamente con la venta de esos activos que pudimos hacer la compra, en 2012, en Israel. (Ver recuadro: “De Estados Unidos a Israel”).

Fortuna: Si bien los últimos años no fueron fáciles en la Argentina, tampoco se llegó a una crisis económica como la de 2001 o la de 2008. ¿Cómo analiza el actual contexto del país, con una economía que parece está empezando a crecer y Macri que se consolida como presidente?

Elsztain: Estamos en una nueva etapa. Creo que habrá reformas, pero un logro que ha tenido este Gobierno es el de haber hecho reformas de manera pausada. Cuando hay un período de cambio político, se piensa que habrá cambios inmediatos y creo que las cosas buenas y las que se hacen bien, se hacen de a poco. De a poco, el ambiente de inversión va mejorando.

Fortuna: ¿Cuáles son los temas que más ansiedad le generan a usted y a los empresarios en la Argentina, que deberían empezar a resolverse?

Elsztain: Me da la sensación que hay mucho análisis y sentido común en este Gobierno, y que van logrando cambios que hacen generar confianza. Nosotros, por ejemplo, estamos con un plan de inversiones más agresivo del que veníamos teniendo. Creo que hay buenas señales y el Gobierno está trabajando en esto. Cada detalle suma. Lo impositivo es importante, los costos laborales también. Las inversiones que le sirve a un país son las que permanecen. En la medida que se van dando señales de previsibilidad, y que las personas saben con qué se van a encontrar, eso es bueno. La clave son las señales de previsibilidad. Empezamos siendo poco competitivos y creo que de a poco estamos en el buen camino. Hacer los cambios despacito tiene su valor, porque un plan de corto plazo no sirve. Despacito se llega lejos. Están habiendo buenas señales. Cuando no hay confianza, no hay crédito. Y ahora hay, y habría que decir “gracias” que alguien cree que otra persona puede pagar un crédito. Porque esto genera confianza en el otro. Ser sujeto de crédito es muy importante. Y esto se da porque cada vez hay mayor confianza. El efecto de inversión es un efecto de la gente, no del Gobierno. El regulador da reglas, pero si la gente no las cree, no estaría pasando lo de los créditos hipotecarios por ejemplo. He visto muchas mejoras en el sector de negocios. El 2018 será un año muy bueno.

Fortuna: ¿Cómo analiza lo que pasó con el consumo, que venía cayendo todos los meses?

Elsztain: Para mí, era natural que esto pasara en el consumo en estos primeros años. Hubo un impacto grande para la gente, que fue el mayor gasto en los servicios, que antes eran totalmente un regalo. Y esto afecta al consumidor. Después, es natural que las personas entre comprar un mejor electrodoméstico o poder acceder a una vivienda elija esto último. Si una persona puede acceder a un crédito, eso le llevará gran parte de su ingreso. Y creo que el consumo está yendo en un sentido mejor. Además, al consumo lo veo estabilizado ahora y los últimos tres meses han sido positivos en los centros comerciales.

Fortuna: Por último, ha sido un muy buen año también para sus negocios en el agro y con el bancario. ¿Cómo cree que serán en 2018?

Elsztain: Cresud es nuestro negocio agropecuario, que es el sector más competitivo y dinámico del país. Es un negocio de mucha menos rentabilidad, pero es estratégico porque el mundo sigue creciendo en población y la demanda de alimentos seguirá firme. Tenemos campos en Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay. Hoy tenemos 13 campos, que suman 800 mil hectáreas. En cuanto al sector bancario, está siendo un momento muy dinámico y 2018 será muy bueno. El Hipotecario cumple 130 años y es un negocio que tiene mucho para crecer de la mano de los créditos hipotecarios.

*Editor ejecutivo y **subeditor de Revista Fortuna