¿Qué se puede esperar para este 2019?

Después de un año claramente negativo en materia económica, ¿cuáles son las perspectivas para un 2019 marcado por las elecciones presidenciales?

Redacción Fortuna

En materia económica, el 2018 fue claramente negativo. La inflación acumuló casi 50% y el dólar duplicó su precio. Además, la actividad económica cayó más del 2% y la tasa de interés de referencia cerró apenas por debajo de 60% (30 p.p. por encima de donde había comenzado el año).

Igualmente, el golpe más duro fue el descalce entre las expectativas y la realidad. En diciembre del 2017 se esperaba un 2018 de crecimiento con reducción de las variables nominales. Finalmente, ocurrió todo lo contrario.

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Una vez dada vuelta la página, ¿qué se puede esperar para este año?

En primer lugar, es importante señalar que en economía no es posible hacer “borrón y cuenta nueva”. De hecho, de acuerdo con el informe elaborado por Ecolatina, el magro desempeño económico afectará el año que comienza. Esto se podrá observar en el sector privado donde la demanda permanecerá muy debilitada.

Asimismo, el estudio señala un crecimiento gradual del poder adquisitivo producto del arrastre negativo que dejó 2018. Sin embargo, continuará en retroceso en el promedio del año.

Por su parte, el Estado Nacional continuará recortando sus gastos como consecuencia de la ambiciosa meta fiscal pautada con el FMI. Además, producto del cierre de los mercados financieros, los programas de Participación Público Privada (PPP) tampoco podrán llevarse a cabo.

Por el otro lado, las exportaciones mostrarán un buen desempeño. La recuperación de Brasil, un tipo de cambio más competitivo y un mercado interno deprimido son los principales factores por lo que los envíos al resto del mundo treparán. Aun así, no se podrá revertir la caída de las demás variables y el PBI promediará un retroceso de por lo menos 1%.

Más allá de que el PBI caerá en promedio durante 2019, la economía crecerá entre puntas. En términos desestacionalizados, el PBI del último trimestre del año será mayor al del primero. Dicho de otra forma, la economía irá mejorando mes a mes, sobre todo en la primera mitad del año, pero no alcanzará el nivel promedio de 2018.

Igualmente, para que esta reactivación se materialice, será determinante el desempeño del dólar. Si la incipiente estabilidad cambiaria se sostiene a lo largo del primer semestre, la inflación seguirá un curso descendente y el poder adquisitivo se recuperará, apuntalando al consumo interno. Por el contrario, si las tensiones cambiarias vuelven a manifestarse, la inflación se acelerará, los ingresos reales (salarios, pero además jubilaciones y pensiones) no mejorarán y la recuperación económica quedará trunca.

En lo que respecta a este año electoral, desde Ecolatina proyectan dos escenarios. Uno “positivo”, donde la estabilidad cambiaria lograda en el último trimestre del 2018 persiste disipando las tensiones respecto a la evolución inmediata del dólar y permitiendo que la recuperación económica se consolide.

El otro escenario, el “negativo”. En él, factores exógenos quiebran el círculo virtuoso. De esta forma, las perspectivas electorales del oficialismo empeoran, lo que provoca tensiones en el frente cambiario producto de una mayor dolarización de activos y potencia las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda pública.