Trabajo: ¿Van a competir las máquinas con el hombre?

Por Bruno Dobrusin / Actualmente, existen tres supuestos que sesgan los pronósticos del impacto de la automatización sobre el empleo.

Redacción Fortuna

Mucho se ha escrito sobre el "futuro del trabajo", y en gran parte con perspectivas sombrías. Una seguidilla de estudios predice que la automatización cambiará a sectores enteros y dejará sin trabajo a millones de personas.

Hay tres supuestos que sesgan los pronósticos del impacto de la automatización sobre el empleo. Es esencial abordar cada uno de ellos para proteger los derechos de los trabajadores y cambiar la perspectiva fatalista de la narrativa predominante,

El primero es que las tareas completamente automatizadas desplazarán a los trabajadores en el futuro cercano, Este enfoque es poco más que una conjetura. Incluso quienes usan los mismos conjuntos de datos pueden llegar a conclusiones diferentes. Por ejemplo, que la automatización no significa que el trabajo humano tenga que desaparecer sino que puede volverse más productivo.

Si algo demuestra las tendencias actuales es la importancia de democratizar el modo como se integra la tecnología a los procesos empresariales. Para muchos trabajadores, la manera en que se adopta la tecnología puede tener más peso que la tecnología misma.

El segundo supuesto es que la automatización no traerá beneficios a la mayoría de los trabajadores. Sin embargo, las personas y la política (no las máquinas) determinarán su destino. Si aceptamos la visión de que la tecnología elevará la productividad general, entonces los trabajadores y los líderes políticos tendrían que centrarse en lograr un mejor equilibrio entre trabajo y calidad de vida. Hace más de un siglo que se libró la lucha por una jornada laboral de 8 horas y los espacios abiertos permiten negociar una semana laboral más corta.

Finalmente, a pesar de toda la publicidad, la automatización no es el problema más acuciante para la fuerza de trabajo. Puede que la tecnología sea disruptiva, pero las mayores preocupaciones de los trabajadores actuales son las que sienten más directamente: subempleo, empleos precarios y salarios estancados. 

No hay dudas de que las nuevas tecnologías afectan a los trabajadores. Pero, si bien la innovación tecnológica crea nuevas oportunidades, la economía de los miniempleos actual, en particular, refleja cómo también puede debilitar los derechos de los trabajadores y aumentar la inseguridad laboral.

Pero no debemos aceptar la narrativa ansiosa de un mundo sin trabajo. La tecnología y el desarrollo económicos son ámbitos en disputa y los sindicatos deberían centrarse en mejorar las condiciones de los lugares de trabajo, organizar a los trabajadores en los nuevos sectores económicos y desafiar los modelos de negocio autoritarios que dan poca injerencia a los empleados sobre cómo funcionan las compañías en las que trabajan. El futuro del trabajo no está predeterminado y la historia aun se está escribiendo. 

*Coordinador de la campaña One Million CIIMATE en Green Economy Network.

Copyright, Project Syndicate, 2019