Cómo influyó la devaluación en la competitividad

Por Diego Giacomini* / ¿Benefició o perjudicó al campo y a las economías regionales el salto del dólar el año pasado? Claves para entender qué pasó realmente.

Redacción Fortuna

A finales de 2017 la competitividad precio del sector agroexportador era similar a la de final de 2015, aún sin retenciones universales y con menos retenciones para la soja. Sin embargo, la devaluación de 2018 cambió por completo el escenario.

El salto del dólar generó que la competitividad precio del sector agroexportador y de las economías regionales volvieran al pico de la administración Cambiemos. No obstante, la voracidad fiscal del gobierno, en base a un plan de déficit fiscal primario “cero” que se diseñó 75% sobre suba de impuestos y sólo 25% con baja de gasto, volvió a caer sobre el sector agroexportador y las economías regionales restableciendo retenciones a las exportaciones a partir de agosto 2018.

Ergo, a partir del cuarto trimestre del 2018 se observó una fuerte baja de la competitividad precio, más aún con el dólar “planchado” y la inflación “alta”. En otras palabras, el combo de retenciones, estabilidad cambiaria e inflación erosionaron fuertemente la competitividad del sector agroexportador y las economías regionales.

De acuerdo con los datos disponibles de 2018, la suba del dólar impactó positivamente sobre la competitividad precio del sector agropecuario consolidado. Puntualmente, a diciembre 2018 la competitividad del sector agroexportador consolidado aumentó un +19.6% a/a y es un +24,6% superior a la que encontró Cambiemos en diciembre 2015.

Esta mejora de la competitividad precio impulsada por la suba del dólar no puede sorprender, ya que el salto del dólar se ha trasladado tan sólo un 47% a precios.

Yendo a los datos puntuales, la suba del dólar, que a fines de agosto trepó de (redondeando) $30 a $40, explica la mejora de competitividad a septiembre, que salta con respecto a agosto y julio pasados. Pero luego, con la estabilización del dólar y la inflación haciendo su trabajo de limpiar el mercado monetario, la inflación le gana al dólar, el tipo de cambio real se aprecia y la competitividad precio del sector se erosiona.

Desagregando el sector agroexportador, es decir, abriendo los diferentes sectores que integran el ICOPESA, al comparar diciembre 2018 contra diciembre 2017, se aprecia que todos los componentes presentan una mejora de la competitividad. Contra diciembre 2015, es decir en relación con el fin del mandato de CFK, también todos los sectores están mejor; a excepción del sector cárnico.

La soja presenta un crecimiento relativamente bajo. Si bien desde diciembre 2015 crece un +15%, el crecimiento a diciembre 2018 es +5.8%. El principal problema es que las retenciones se mantienen al 28% promedio, poniéndole un techo bajo a la competitividad. Además, y para peor, el precio internacional cae -10,3% mientras que los costos de producción suben +85%. O sea, la suba de la competitividad precio de la soja es todo dólar, pan para hoy y hambre para mañana. Más en detalle, el índice de competitividad precio del aceite de soja aumenta +15,3% contra diciembre 2015. Contra diciembre 2017 la mejora es +11,5% a/a a pesar de que su precio internacional cayó un -11% y los costos de producción subieron +69.8%. La devaluación compensó todo en 2018. Nuevamente, pan para hoy y hambre para mañana.

La competitividad precio de la harina de soja aumenta +42,2% desde diciembre 2015. Contra diciembre 2017, su competitividad crece un +24,9% a/a. Todo esto fue gracias a la devaluación, ya que su precio FOB y las retenciones (25%) no varían mientras que los costos suben +70%. En el caso del aceite de girasol la competitividad aumenta +26,1% y +4,1% contra diciembre 2015 y 2017, respectivamente. El impacto en este sector se da por una caída del precio internacional del -10%, mientras que los costos de producción crecen +70%.

Analizando al trigo se observa que la competitividad aumenta +48,2% (contra diciembre ´15) y +36,3% (contra diciembre ’17). La clave para esta ganancia de competitividad es la suba del precio internacional (+28%). La ganancia no fue mayor porque los costos de producción aumentan +85% en 2018.

La competitividad del maíz crece +4% (contra diciembre 2015) y +17,3% (contra diciembre 2017). Esto fue resultado del salto del dólar, de la suba de precio (+10,1%) y de costos (+85%). Por otro lado, la competitividad de la carne cae -4,4% (contra diciembre ’15). Sube +25,5% contra diciembre ’17. Su precio internacional ha caído -11% a/a y sus costos aumentan +39,7%, pero la suba del dólar compensa esto.

A pesar del fuerte salto del dólar, hay tres sectores de las economías regionales cuya competitividad precio se reduce a lo largo del año y cierran diciembre 2018 con una caída interanual: merluza, pera y vino. Del otro lado, las economías regionales que ganaron competitividad precio a lo largo de todo 2018 son: azúcar, yerba, té, tabaco, maní, arroz, algodón, manzana, naranja y limón.

*Director de la consultora Economía & Regiones