Manuel Romero y Natalie Guiscardo, de "Gracias”, explicaron cómo funciona la firma que dona el 100% de sus beneficios.
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Cualquier empresario tradicional pensaría que están locos. ¿El modelo filantrópico se puede aplicar a una startup emergente argentina? En otras palabras: ¿puede una empresa donar todas las ganancias y lograr permanecer en el tiempo? A esas preguntas parecen responder un grupo de emprendedores argentinos. Fundaron “Gracias”, una empresa que comercializa una línea de agua mineral y que dona -a través de una fundación- el 100% de sus ganancias “para contribuir a erradicar la pobreza en la Argentina”.
Manuel Romero y Priscilla Rusa fundaron y conforman el corazón de “Gracias”. A ellos se sumaron varios profesionales treintañeros y amigos de la vida, que también participaron de la fundación de la empresa hace cuatro años, con un propósito que estuvo claro desde el inicio: acortar la distancia entre aquellas personas con vocación solidaria y quienes tienen una necesidad de acceso a agua segura, nutrición infantil y salud y bienestar. Fortuna.perfil.com dialogó con Romero y Natalie Guiscardo, quienes junto a Iván Cascales, Leticia Romero, Max Tkach, Federico Thibon y Mariano Martinez, integran el equipo de esta empresa social.
¿Qué es y cómo funciona “Gracias”?
Romero: Gracias es una empresa social que nace con el propósito de tender un puente entre las personas que tienen una necesidad y quienes desean contribuir a erradicar la pobreza en Argentina, donde 7 millones de personas, por ejemplo, no cuentan con acceso a agua segura. A partir de la detección de estas problemáticas, nuestra propuesta disruptiva es que por cada producto “Gracias” que alguien adquiere, nosotros donamos el 100% de nuestras ganancias para transformar la vida de personas y comunidades de la Argentina en situación de vulnerabilidad.
¿Por qué donan el 100% de las ganancias? Su idea rompe con el modelo de negocios tradicional...
Romero: Precisamente la idea central de nuestra iniciativa es la disrupción y llevar un caso extremo de modelo de negocios económico a un extremo social. Es decir, una vez que la empresa paga los sueldos y hace todas las inversiones en producto, marketing y posicionamiento, dona la totalidad de sus ganancias.
Guiscardo: Es una forma de mostrar al mundo que se pueden hacer negocios de otra manera y de que contribuir a erradicar la pobreza en la Argentina depende, en gran medida, de que las buenas voluntades cuenten con vehículos confiables para que cada argentino tenga la oportunidad de transformar la realidad.
¿Cómo es el trabajo de la fundación? ¿Qué tipo de acciones llevan a cabo?
Romero: Con la fundación desarrollamos acuerdos estratégicos con ONG´s a lo largo del país para desarrollar proyectos de impacto social, que buscan garantizar el acceso a agua segura, nutrición infantil y salud y bienestar. Todo lo recaudado de la venta de agua se destina directamente a generar impactos que benefician a miles de personas y comunidades.
¿Cómo es el mecanismo de las donaciones y en qué zonas tienen impacto?
Romero: Desde la fundación desarrollamos los objetivos y los proyectos con diferentes ONG´s, a las que elegimos sumar como aliadas estratégicas de nuestra empresa por contar con una probada credibilidad y trayectoria al trabajar hace más 20 años en los territorios.
Guiscardo: En Moreno, por ejemplo, en una casa del barrio Los Hornos instalamos un filtro, en donde el agua no estaba apta para el consumo. Esto impactó no solamente en ese domicilio sino en las casas aledañas.
Romero: Para 2019 ya tenemos dos impactos que desarrollaremos entre agosto y septiembre. Uno es un centro comunitario de Salta, en donde participan chicos y mujeres de aquella comunidad rural y después colocaremos otro filtro a escala para la zona de Bolívar en una escuela agraria. A su vez, tenemos un acuerdo con otra ONG que trabaja en Gran Chaco (Santiago del Estero, Formosa, La Rioja), en donde la gravedad es aún más extrema. Allí en el agua hay altos contenidos de flúor, arsénico y microorganismos. También apuntamos a construir dos cisternas de ferrocemento que dan 10 mil litros y acceso a diez personas por cisterna para consumo de agua por año.
¿Cómo puede una empresa colaborar con el proyecto? ¿y un particular?
Romero: Las empresas pueden realizar un aporte directo a Gracias a través de una donación a la Fundación Gracias para que nosotros vehiculicemos soluciones en agua segura, nutrición infantil o salud y bienestar en las comunidades con las organizaciones con las que trabajamos. La otra manera es colaborar de forma indirecta a través de la adquisición de nuestros productos para sus eventos, oficinas o establecimientos ya que al elegirnos como proveedores de productos básicos eligen poner en marcha una polìtica de compras sustentables.
Guiscardo: Los particulares pueden colaborar con Gracias a través de sus decisiones de compra de todos los días, cuando a la hora de comprar un producto de agua o de higiene personal, en vez de comprar a cualquier marca, elijan con su compra generar un impacto positivo. Este simple acto de consumo responsable lo pueden canalizar a través de nuestro canal de venta online o bien en 15 puntos de venta que pensamos ampliar.
¿Qué otros emprendimientos similares los inspiraron a tomar este camino?
Romero: Personalmente, el camino mío nace de una motivación personal de hace muchos años de hacer colaboraciones sociales y de ver realidades que uno quiere combatir y ayudar. Cuando descubrí este modelo mixto de negocios y social, ya instaurado en otras partes del mundo, con el mismo modelo y mismos productos, fue como un llamado de atención de que existe una forma de unir estos mundos y cómo llevarlos a cabo.
Guiscardo: Me gusta ayudar a la gente a cumplir sueños. En todos los trabajos que he hecho tienen que ver con eso. En este caso, Manu nos habló del proyecto y nos movimos bastante para ayudar a concretarlo. Viviendo en el centro de Buenos Aires, este tema de la pobreza y de la gente durmiendo en las calles es cosa de todos los días. Es lindo saber que uno puede hacer algo para cambiar la vida de los que más lo necesitan.
