El monetarismo K crece en EE.UU.

Por Sebastián Edwards* / Progresistas estadounidenses proponen que la Reserva Federal emita dinero para financiar programa de pleno empleo.

Redacción Fortuna

La Teoría Monetaria Moderna (TMM), presentada como un nuevo enfoque en política económica, se ha vuelto un tema de enorme actualidad y recibe apoyo de importantes figuras. Un gran aumento de la deuda pública (en opinión de los defensores de la TMM) no es peligro alguno para un país que puede endeudarse en su propia divisa ( como es el caso de EE.UU.).

Esta idea no convencional recibió críticas de keynesianos y monetaristas por igual. Evaluar los méritos de la TMM es difícil, por dos razones. En primer lugar, sus partidarios no han presentado una descripción detallada y unificada de cómo se supone que funcionaría el modelo.  Por otro lado, apenas se les señala una crítica, sus partidarios se ponen a la defensiva.  La TMM, o alguna versión de ella, se probó en varios países latinoamericanos, ente ellos Chile, Argentina, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Perú y Venezuela. Todos tenían en aquel momento una moneda propia. Además, sus gobiernos (casi todos populistas) se basaron en argumentos similares a los que hoy usan los partidarios de la TMM para justificar enormes aumentos del gasto público financiados por el banco central.

Y todos estos experimentos llevaron a inflación descontrolada, enormes devaluaciones de la moneda local y caídas aceleradas del salario real. Cuatro episodios en particular son instructivos: Chile durante el régimen socialista del presidente Salvador Allende, entre 1970 y 1973; Perú durante el primer gobierno del presidente Alan García (1985-1990); Argentina con los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner entre 2003 y 2015; y Venezuela desde 1999 con los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

En los cuatro casos se dio una pauta similar. La decisión de las autoridades de financiar un déficit fiscal cuantioso creando dinero fue seguida en lo inmediato por una bonanza económica. Los salarios aumentaron y disminuyó el desempleo.  Pero al poco tiempo se manifestaron restricciones y los precios se dispararon, llegando en algunos casos a tasas hiperinflacionarias. Las autoridades de cada uno de esos países impusieron entonces controles de precios y de salarios, que no tuvieron un efecto positivo.

La experiencia de América latina debería ser una clara advertencia para los entusiastas actuales de la TMM. La expansión fiscal financiada con emisión monetaria terminó en una desestabilización económica incontrolable. Las ideas de política económica suelen ser tan peligrosas en la práctica cuanto son defectuosas en la teoría. Ese es el caso de la Teoría Monetaria Moderna.

*Profesor en UCLA´s Anderson Graduate School of Mangament. Copyright. Project Syndicate, 2019.