Ya estamos en la tercera gran crisis desde 1983

Por Rosendo Fraga* Solo asumiendo que enfrentamos una crisis de la envergadura de las de 1989 y 2001 se pueden generar acuerdo políticos que permitan contener la situación.

Redacción Fortuna

El Frente de Todos se siente ganador y busca reforzar su unidad electoral, pero se atisban diferencias entre el candidato y los K.  Alberto Fernández trataba de moderar su discurso, alejarse del populismo económico y eludir la “grieta”. Pero las diferencias con el FMI lo llevaron a radicalizar su mensaje.

Por su parte, los gobernadores del PJ se han alineado con él, y el de Córdoba (Schiaretti) sufre presiones de sus  intendentes para que lo haga. En Chaco, a pedido de la conducción nacional (Alberto y Cristina), renunció a su candidatura el actual gobernador (Peppo) quedando como único candidato del peronismo un ex jefe de Gabinete de la ex Presidenta (Capitanich). En la Rioja, también siguiendo directivas nacionales, el PJ local resolvió llevar un solo candidato (Quintela), y fue intervenido el distrito Corrientes.

Aunque no esté nada definido respecto al Gabinete —que Alberto ampliará creando nuevos ministerios como Cultura, Ciencia y Tecnología, Salud y Vivienda— el kirchnerismo pediría tres ministerios: Interior, Justicia y Relaciones Exteriores, y el servicio de inteligencia (AFI).

Faltan menos de dos meses para la primera vuelta y Alberto Fernández va delineando su economía y la justicia.

En su discurso, Ferández ha negado que durante su eventual gobierno el país vaya a caer en default; ha nombrado dos delegados para las relaciones con el gobierno y el FMI (Nielsen y Todesca) que tienen diferencias con el Kirchnerismo y recibe a empresarios y banqueros que lo han criticado durante la campaña. Pero su comunicado criticando al acuerdo con el FMI y la conducta del organismo ha neutralizado parcialmente los esfuerzos de moderación. En materia judicial, ha elogiado a la Suprema Corte, pero cuestionado a la justicia federal en su actuación en las causas de corrupción contra los K. Mientras tanto, la justicia federal comienza a mostrar una actitud más favorable hacia el kirchnerismo.

En este contexto, el Presidente sostuvo que “se puede dar vuelta” la elección, entusiasmando a sus votantes. El argumento es que en las PASO de 2015 Cambiemos obtuvo 30%, en la primera vuelta 34%, y terminó ganando con el 51%. Este pronóstico encuentra dos objeciones: la primera es que entonces la economía no jugaba negativamente para Macri, y la segunda, que el peronismo está unido. La gran amenaza electoral para el Gobierno es la inflación de agosto y setiembre.

La necesidad de un acuerdo político entre Macri y Fernández se hace evidente en las conversaciones con el FMI y en la relación con la administración Trump. En este contexto, el descontrol de los mercados muestran que la Argentina ya vive una crisis de envergadura, en la cual se combina la desconfianza económica junto a las dificultades políticas que sufre un gobierno que ha experimentado una fuerte derrota electoral.

*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría