Cómo ser emprendedora después de los 40

Por Ernesto Sandler / Con paso firme, cada vez son más las mujeres que logran borrar los prejuicios y se incorporan al mercado.

Redacción Fortuna

Como consecuencia de prejuicios históricamente forjados, en muchas sociedades como la nuestra todavía sigue instalada la creencia de que la vida sentimental, laboral y creativa de las mujeres tiene su límite al ingresar a la adultez. Estos prejuicios se hacen palpables en la obligatoriedad de la jubilación a una edad temprana, en la discriminación de los empleadores hacia las mujeres adultas o en la marginación por portación de canas y arrugas.

No hay duda que las arcaicas disposiciones legales, los prejuicios culturales y la falta de oferta laboral para las mujeres que superan los 40, 50 o 60 años es absolutamente negativa. Es una conducta que no solo es dañina para quienes sufren directamente sus consecuencias sino también para toda la sociedad al cancelar el valioso aporte que las mujeres adultas pueden brindar con su experiencia y capacidades. Pensar que las mujeres después de los 40 dejan de ser creativas, ingeniosas o pierden su vitalidad es una visión estrecha y errónea. Recientemente el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Fundación Ewing M. Kauffman, ha difundido una investigación que revela que la edad promedio del emprendedor exitoso se encuentra entre los 45 y los 55, por lo que es un mito que solo los jóvenes pueden ser creativos.

Afortunadamente la mirada negativa hacia las adultas está cambiando. En todos los ámbitos las mujeres, producto de sus luchas y resistencia, están erradicando las costumbres y normas que las marginan por la edad. Al hacerlo no sólo están derribando las retrógradas barreras que limitaban su crecimiento personal sino que están alcanzando metas que las convierten en protagonistas esenciales en la familia, la pareja, la comunidad, la ciencia, la política y la economía.

Poco a poco, pero en forma sostenida, las mujeres están logrando borrar los límites que les dictaban las tradiciones y los prejuicios que sólo las valoraban en la medida en que fueran jóvenes. Es innegable que los cambios de la mujer son imparables y están a la vista de todos. Con paso firme y llena de proyectos superadores, cada vez son más las emprendedoras +40 que se incorporan al mercado. Cada vez es mayor el número de mujeres que alcanzan su independencia, generan sus ingresos, llevan adelante sus proyectos económicos y alcanzan éxitos rutilantes. Lejos de pensar en la vejez y de retirarse de la vida activa, en los últimos 10 años las emprendedoras +40 se han duplicado en nuestro país.

Aprovechando las ventajas que ofrece la tecnología, los canales de venta existentes en internet y el crecimiento de oportunidades de negocio, las mujeres adultas se actualizan, capacitan y reinventan para emprender actividades comerciales. A diario crece el número de mujeres que, finalizado el primer ciclo de la vida, deciden retomar con energía emprendedora la segunda etapa de la vida que tienen por delante, consecuencia de la nueva longevidad generada por los adelantos médicos.

Es evidente que las mujeres al superar los 40 años no quieren resignarse a la pasividad ni a la dependencia. Tampoco quieren transitar una vida aburrida, insulsa, invisible, rutinaria y sin ingresos para tener una vida confortable. Están convencidas de que la edad ha dejado de ser una barrera para renovarse, apasionarse y ser creativas. Tienen ante sí muchos ejemplos de mujeres que se renovaron, innovaron y crearon grandes éxitos después de los 40, 60 y 70 años. Es el caso de Mary Kay que desarrolló su imperio de cosmética después de los 50 o la modelo Iris Apfel de 97 años que aprovecho su edad para hacer una fortuna y convertirse en una top model. A diario se puede ver en las redes sociales y otros medios cómo las millennials mayores ocupan un espacio que antes tenían vedado por sus canas, arrugas y prejuicios.

Estoy convencido que una mujer vital y apasionada no puede resignarse a que el calendario gobierne su voluntad y decida su futuro. Si tiene temores o incertidumbre sobre el futuro, debe cambiar de actitud y llenar su mente de pensamientos positivos que la entusiasmen a llevar adelante un proyecto. Debe sobreponerse a sus enemigos interiores, sus culpas y miedos. Debe abandonar los entornos tóxicos que le quitan su energía y cuestionan su adrenalina vital. No debe elegir ser invisible y resignarse a la pasividad, porque al hacerlo padecerá una vejez prematura. En vez de lamentarse y quejarse de los años, las mayores de 40 deben aprovechar la prolongación saludable de la vida que les permite hacer replay y comenzar de nuevo a vivir plenamente. Deben animarse a ser creativas, cumplir sueños postergados, integrarse activamente a la sociedad, reinventarse y emprender metas que las hagan feliz para ser parte de las nuevas tendencias económicas de nuestro tiempo.

*Director de wexwe emprendedorasCreador de utilisima