¿Qué necesitan las economías de Latinoamérica para despegar?

Redacción Fortuna

El bajo crecimiento de la productividad es la principal razón por la que una mayoría de los países de América Latina y el Caribe ha registrado tasas de crecimiento inferiores a las de países avanzados e incluso de países similares en Asia Oriental, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El estudio, que analizó qué tan eficientes son los países en la utilización de sus recursos productivos, evaluó los aumentos y las pérdidas de productividad de una muestra de 76 países, entre ellos 17 de América Latina y el Caribe, en comparación con Estados Unidos. Chile fue el único país de la región que ha aumentado su productividad respecto a Estados Unidos desde 1960.

De los 20 países con los peores desempeños en términos de productividad, la mitad era de América Latina y el Caribe (ver el gráfico y tabla abajo).

Rompiendo con la noción comúnmente aceptada de que el crecimiento de la región sufre de una escasez de inversión, el estudio muestra que América Latina y el Caribe en gran medida podría acelerar su crecimiento económico y reducir la brecha de ingresos per cápita respecto a las naciones industrializadas con políticas que promuevan un mejor uso de los recursos existentes en la economía.

Un país latinoamericano típico podría haber aumentado la renta per cápita en 54 por ciento desde 1960 si su productividad hubiera crecido como la del resto del mundo durante el mismo período. El ingreso per cápita en este país típico casi se duplicaría si su productividad estuviera cerca de su potencial.

GANADORES Y PERDEDORES

Desde 1970, la productividad en América Latina y el Caribe ha quedado rezagada respecto al resto del mundo, una tendencia que se agravó después de la crisis de la deuda de la década de 1980. El fracaso en los intentos de ponerse al día con las economías desarrolladas se ha generalizado en la región.

A pesar de que Chile fue el único país de la región a aumentar su productividad en comparación con Estados Unidos desde 1960, sus ganancias fueron menores que otras naciones en desarrollo como India, Tailandia y China. Nicaragua, Honduras, Venezuela y El Salvador son los países que más perdieron productividad en relación a Estados Unidos. Su rendimiento fue inferior al de países mucho más pobres en África como Argelia, Uganda y Kenia.

EL PROBLEMA ESTÁ EN EL SECTOR SERVICIOS

El estudio analiza la productividad en varios sectores de la economía en la región. La agricultura es el sector de más rápido crecimiento, aunque su crecimiento sigue siendo inferior al promedio mundial. Pero la peor noticia surge del deslucido desempeño del sector servicios, que emplea a cerca de 70% de la fuerza laboral de la región y socava cada vez más la productividad regional agregada.

El crecimiento de la productividad en la industria y en particular en los servicios de América Latina ha quedado rezagado en comparación con Asia Oriental y los países industrializados (véase el cuadro abajo). Esto sucedió tanto durante la década de 1980, cuando la productividad del sector industrial y de los servicios en América Latina cayó, como en la década siguiente, cuando la productividad aumentó pero a un ritmo más lento que en otras regiones.

El caso de los servicios es el más dramático. En este sector clave de la economía latinoamericana, la productividad disminuyó bruscamente durante la década de 1980 y ha permanecido estancada durante los últimos 15 años. La brecha es grande en relación a Asia Oriental, donde la productividad en los servicios creció 2,5% al año en los últimos 15 años, y también en relación a los países de altos ingresos, donde la productividad en los servicios ha aumentado alrededor de 1,4 por ciento al año.

En la mayoría de las categorías de servicios, la productividad ha sido pobre. Entre 1990 y 2005, la productividad de los servicios comunitarios, personales y gubernamentales sólo creció 0,7% en comparación con un crecimiento de 5% en la productividad de la minería y 4 por ciento en los servicios públicos en la región. La productividad de los servicios financieros y del comercio minorista y mayorista en realidad declinó, 0,8% y 1% respectivamente, durante el mismo período.

Fuente: BID

24/3/2010

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