A la espera del IPC Indec, sin cimbronazos tarifarios y con dólar quieto, el sexto mes se acerca a la meta del 2% del Gobierno. La estimación anual, arriba del 37%.
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A la espera de cifras oficiales y del debut del índice de inflación del Instituto Nacional de Estadística y Censos del próximo miércoles, la inflación de mayo habría cerrado en 3,5% en promedio, mientras que junio se consolida con una baja de 1 a 1,5 puntos, que la puede llevar al 2%.
Si no median nuevos aumentos en servicios –que el Gobierno prometió ya terminaron por este año–, la baja estacionalidad de junio acercaría el dato a la “inflación núcleo”, entre 2% y 2,5%.
Mayo cerró en un promedio que es, a la vez, la mitad de abril, aunque la medición varía según quién la mida. Según el Observatorio de Datos Económicos y Sociales de la CGT, la suba de precios llegó a 4,8%, mientras que para el Instituto de Estudios de Consumo masivo bajó a 1,74%. En el medio, para Elypsis fue de 3,4%; para Orlando Ferreres, de 3,7%, y para ACM, de 3,5%.
“Se están registrando precios más bajos. La inflación general está por debajo de la inflación núcleo por bajas estacionales de algunos productos como verduras, donde se recompuso la comercialización, o la estabilización de la carne”, explicó Gabriel Zelpo, economista jefe de Elypsis, que estimó un 2% para la inflación núcleo. “Sí suben algunos otros precios regulados pero el Gobierno dijo que no habría más subas. Y el dólar estaría en relativa calma hasta fin de año”, agregó.
“El dólar quieto ayuda. Quizás ahí hubo alguna dificultad de cálculo en el Gobierno en el salto de $ 9 a $ 15, porque estimaron que ya estaba todo ajustado a un dólar a $ 15 y claramente se volvió a ajustar”, analizó Maximiliano Castillo Carrillo, de la consultora ACM. También para él, la inflación de junio podría rondar el 2%. “Puede haber precios que se estén retrotrayendo, por la baja del consumo, que se canalizan a través de ofertas”.
“Junio es un mes sin sobresaltos. En julio pueden impactar un poco las vacaciones de invierno pero también el aguinaldo. Y si se da un aumento del consumo, no debería impactar precios por la caída de la actividad”, estimó Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando Ferreres, para quien una inflación del 2% debería ser la “inflación núcleo” o “core”.
El único ítem que puede llevar a un sobresalto en junio es, por ahora, el impacto del aumento de expensas en el área metropolitana.
“Las medidas para revitalizar el consumo pueden generar alguna presión sobre precios pero no creemos que logren empujar la inflación de manera significativa”, sostuvo Zelpo. Pese a la clara desaceleración, la estimación de inflación acumulada hasta el momento llega al 24% para el primer semestre y, con viento a favor, se mantiene en 37% para fin de año, incluso hasta 39% y 40%, según quién la mida.
“Soy optimista con la evolución de la inflación de los próximos meses pero no creo que vaya a estar cerca del 25%-30% que pretende el Gobierno sino que va a estar más cerca del 40%”, agregó Castillo. “Pero para que la inflación esté entre el 12% y el 17% el año próximo, el Gobierno va a tener que hacer muchos esfuerzos”, estimó.
Menos ventas. Por el momento, la caída del consumo y de la actividad está jugando a favor de la política antiinflacionaria del Banco Central, que empezó a bajar las tasas de interés para darle aire a una economía donde el empleo no da señales de repunte por ahora.
Según un estudio del Inacom, que dirige Miguel Calvete, “el cambio de hábitos de consumo ya se equipara al de la crisis de 2001”. El titular de los súper chinos sostiene, en base a una encuesta de 962 casos entre enero y mayo, que en lo que va del año se registra una caída del 30% en el consumo. “Los cambios más significativos se observan en los sectores más vulnerables del Conurbano y el interior del país, en donde 8,9 de cada 10 encuestados manifestó haber cambiado sus costumbres”, agrega.
Por Patricia Valli | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.
