Las mayores distribuidoras de electricidad del país tienen los días contados. Por qué reclaman un ajuste de tarifas urgente. El plan Kicillof y el factor Lescano.
En la agenda oficial del sinceramiento energético, tras la expropiación de YPF, es el turno de las distribuidoras de electricidad en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores.
No es una elección. Lo impone la fuerza de los hechos: Edenor y Edesur, empresas creadas tras la privatización de los servicios públicos, claman al unísono: “No llegamos a fin de año”.
A punto de cumplir una década de tarifas congeladas y costos en ascenso, sus balances denuncian pérdidas operativas crecientes que, si no hay cambios urgentes, las condenan al colapso. El Gobierno ha tomado nota y trabaja en busca de una solución.
La reacción llegó de la mano de Oscar Lescano, el histórico gremialista de Luz y Fuerza, que cuando empezó a negociar la paritaria de los 5.000 trabajadores de las compañías, recibió como respuesta un contundente: "0% de aumento".
Marcó el número del Gobierno, y desde entonces, una comisión de colaboradores del viceministro de Economía, Axel Kicillof, encabezada por Augusto Costa, subsecretario de Coordinación Económica y Mejora de la Competitividad, mantiene reuniones con los ejecutivos.
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25-5-2012