Felipe Pigna: el historiador que tienen marca propia

Redacción Fortuna

Con su estilo para contar los hechos históricos logró atraer un público masivo: hoy lleva vendidos 700.000 ejemplares de sus obras. La Historieta Argentina que presenta con el diario Perfil en el mes del Bicentenario.

Por Álvaro Bellotti

En el estudio que Felipe Pigna ocupa en la segunda planta de su casa, todo parece dispuesto con precisión quirúrgica. Una biblioteca inmensa contiene los libros, recuerdos y premios que el historiador repasa como inventario. Con idéntica destreza inicia su charla con FORTUNA y en sintonía precisa el momento exacto en que pasó de ser un “conocido” ordinario a un auténtico “famoso”, ingrediente indispensable para cimentar su marca, la cual registró con programación sistemática e instaló con éxito en un escenario inexplorado hasta entonces. “El punto de inflexión se llama Mario Pergolini, primero cuando me invitó como columnista a "Cuál es" y después cuando arrancamos con "Algo habrán hecho", con picos de 25 puntos de raiting; ahí la gente comenzó a pararme en la calle”.

Su carrera mediática de ascenso vertiginoso, “en apenas 5 años”, se inició siendo todavía docente secundario del colegio Nacional Pellegrini, al dirigir un proyecto que propuso contar la historia argentina en 13 documentales. “Eso fue lo que me acercó a los medios, empezaron a hacerme notas y a convocarme para hablar en radio en algunas fechas patrias”. Luego, ya es historia conocida: la publicación de “Mitos de la historia argentina” (“con cero expectativa, apenas tres mil ejemplares, pero con cien mil ejemplares vendidos en seis meses”) y la subsiguiente saga, la convocatoria de Pacho O´ Donnell para “Historia confidencial” en Canal 7, ciclo que pronto tuvo su correlato en radio; luego llegarían las columnas para Néstor Ibarra, Lalo Mir y Dady Brieva en Radio Mitre.

FORTUNA: Esa extrema popularidad, ¿ lo promovió como un exitoso, y comenzó a diversificarse?

PIGNA: La verdad es que me considero orgullosamente el responsable del debate que se fue abriendo en torno a la historia, sería insensato negarlo. Creo también que se abrió una brecha en las editoriales que vieron en la historia otro nicho adónde apuntar.

FORTUNA: Desde luego, pero más allá del debate, tuvo que aprender a convivir con una maquinaria a la que no estaba acostumbrado.

PIGNA: Bueno, claro, con el tiempo fui conformando un equipo de trabajo que me ayuda, sobre todo en la investigación, porque me sigue gustando escribir los textos. Igual me queda claro que mi satisfacción sigue en los libros, más allá que la popularidad venga de los medios masivos, lo cual es muy importante, incluso para la difusión.

FORTUNA: A la marca Pigna, ningún estratega mercadotécnico la hubiera instalado mejor: apunta a todos los públicos y es aceptada mayoritariamente.

PIGNA: El sociograma de mi púbico es amplísimo. Yo tengo una ideología, que sabemos que está lejos de ser conservadora, y me pasa, por ejemplo en la Feria del Libro, que estoy cinco horas firmando ejemplares y vienen gente rica, pobre, grandes, niños, unos que llegan con el libro desde Solano y me dicen que lo compraron entre seis, y después un coronel, que me aclara que no está de acuerdo con lo que pienso, pero que me respeta. Uno recibe lo que da, yo no falto el respeto ni prepoteo, entonces recibo eso. Esa es la clave.

Con esa alquimia, Pigna consiguió ser uno de los historiadores argentino más leído, difundido y diversificado del mercado. Además de sus libros (entre todos lleva vendidos casi 700 mil ejemplares), dirige su propia revista, Caras y Caretas, que mantiene un caudal de 12 mil lectores mensuales (un proyecto que además derivó en un centro cultural, un canal de televisión, producción de documentales y una radio), el sitio elhistoriador. com, que sostiene más de 5 mil visitas diarias y suma 6 millones desde 2002, un programa de radio en Nacional y la conducción de tres ciclos televisivos: “Los especiales de History Channel”, “Unidos por la historia” y “Qué fue de tu vida”, por la Televisión Pública.

FORTUNA: ¿El secreto está en haber fundido datos duros con el anecdotario?

PIGNA: Puede ser; yo uso la anécdota para ubicar en el contexto de época, cómo vivía la gente, cómo pensaba, para ubicar al lector en situación. De ese modo podés llegar a más gente, que encuentra la historia más entretenida. Porque cuando publicás un libro tenés necesidad de llegar a la mayor cantidad de gente.

FORTUNA: ¿Por qué es tan difícil forjar una auténtica identidad nacional?

PIGNA: Porque hemos sufrido procesos de fragmentación social muy fuertes. Lo que uno añora de países como Brasil es la idea de ir para un mismo lado, de pensar en el país, como una continuidad, incluso para la clase empresaria, a quien le preocupa la inversión local, la expansión de su industria, no por una cuestión social, sino por una posición estratégica.

30/4/2010

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