Cuáles son las compañías, que no son generadoras, distribuidoras ni transportadoras de electricidad, que ven como una oportunidad de negocios los aumentos en el servicio eléctrico.
Se les prendió la lamparita. Luego de años de estancamiento en los precios de las tarifas eléctricas, que llevó a que haya una gran desinversión por parte de las empresas del sector –generadoras, transportadoras y distribuidoras- la energía parece estar volviendo a ser negocio en la Argentina. De hecho, en las últimas semanas, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, autorizó una suba en el precio de la luz: un 21% en diciembre y otro 13% en enero, que se verán reflejadas en las facturas de los siguientes meses, que en el acumulado da un 38%. Para los usuarios residenciales, el aumento entre el último mes de este año y febrero de 2018 da un 43% de incremento.
En este contexto, las compañías proveedoras de soluciones y productos eléctricos, nucleadas en Redelec, están viendo que su negocio vuelve a brillar. Según sus cálculos, en 2017, facturarían cerca de $ 3.700 millones, lo que supone un crecimiento del 38% respecto de los $ 2.680 millones del año pasado.
“Actualmente, nucleamos a 15 de las principales empresas de la industria, proveemos productos a un 35% del mercado, el cual está conformado en un 35% por industrias, un 25% por el sector de la construcción y el restante 40%, dividido entre diferentes rubros”, comenta Santiago Rial, gerente general de la Institución.
En este contexto, la recuperación del sector de la construcción es uno de los que más ha impactado en la mejor del negocio de las empresas nucleadas en esta asociación. Según los últimos datos del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) elaborado por el INDEC, durante los primeros nueve meses del año, la actividad registró un aumento del 10% respecto al mismo período del año pasado. Y, las perspectivas futuras se muestran todavía más positivas. El 67,7% de las compañías que realizan obras privadas prevé que el nivel de actividad del sector aumentará en los próximos tres meses, mientras que el 32,3% estima que no cambiará.
