El Golpe de Estado en Honduras se encamina a una profunda crisis económica

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Redacción Fortuna

Informe desde Tegucigalpa. Con cada día de toque de queda el país centroamericano pierde U$S 5 millones y podrían congelarse los U$S 300 millones de ayuda internacional, vitales para sostener su economía. Desde la llegada de Zelaya la represión se intensificó contra los opositores al Gobierno de facto.

honduras3Crónica. Por Elvin Sandoval* | La tranquilidad que vivía Honduras se vio alterada el 28 de junio con la expulsión del país del presidente Manuel Zelaya Rosales. La población se polarizó y a largo de este tiempo la historia en este país centroamericano cambia a cada instante.

La crisis se inició con los interminables toques de queda que implementó el gobierno interino de Roberto Michelleti, quien tomó posesión del mismo luego de dar un golpe de Estado a Zelaya, la medida afectó a todo el país, sobre todo a los sectores fronterizos el Gobierno temía que entrara al país el presidente depuesto.

Esta medida -que aún impera- pone a los empresarios de la región en una posición incómoda, ya que al interrumpirse el comercio se pierden diariamente U$S 5 millones de dólares, según análisis de una empresa privada.

La crisis política que vive Honduras, que ya deja perdidas arriba de los U$S 400 millones, está lejos de resolverse porque el diálogo cada vez está más lejos por la posición del régimen golpista. Sin embargo, hasta el 8 de septiembre las arcas del Estado hondureño tenían reservas por algo más de U$S 2.200 millones, pero irán decreciendo.

Quienes dieron el golpe están aferrados a que la salida al conflicto son las elecciones que se desarrollaran el próximo 29 de noviembre, pero el problema es que si no se restituye a Zelaya la comunidad internacional no reconocerá al nuevo Gobierno. La solución debe darse antes de que se realicen los comicios electorales porque de lo contrario Honduras vivirá la peor de su crisis económica y política porque seguirán congelados los mas de U$S 300 millones en ayuda internacional.

Pero estas pérdidas millonarias no se comparan con el desgaste físico y emocional de los hondureños, los que en muchas ocasiones han salido desesperados por lograr abastecerse de alimentos y agua para sobrevivir a los toques que queda.

En las estaciones gasolineras la situación no fue nada diferente. Las filas para llegar a la bomba (surtidor) son de hasta de un kilómetro: los conductores deben soportar la espera para adquirir un promedio de 3 galones (11,35 litros) de combustible. Esta limitación obedece en muchos casos al interés expresado por los estacioneros de garantizar a todos los compradores el acceso a las diferentes combustibles.

Pero esta tensa calma en algunos momentos se ha visto empañada por actos de violencia por parte de la policía y el ejército, que ha reprimido a los simpatizantes de Zelaya Rosales que se manifiestan en las calles.

La represión se ha agudizado luego de la inesperada llegada al país  del depuesto presidente, quien se refugia en la embajada de Brasil, lugar que está sitiado por la policía y el ejército. Estos de forma violenta desalojaron a los seguidores de Zelaya que lo apoyaban en la sede diplomática. Las personas andan más estresadas en las calles y en muchos casos hay enfrentamientos verbales entre los que apoyan a Zelaya y los que están con el gobierno interino de Micheletti.

Los seguidores de Zelaya, quienes han estado en las calles desde que se dio el golpe de estado, han endurecido sus medidas de presión pero poco les ha servido por la respuesta violenta de la policía y el ejército.

Zelaya ha denunciado que en la embajada es objeto de hostigamientos por parte de los policías y militares que no dejan pasar a ninguna persona por las 4 calles de acceso. La última denuncia es que los policías lanzaron un producto químico que les provoco alergia, vómitos y sangrado de nariz a las personas que están adentro.

* Desde Tegucigalpa, Honduras. Especial para FortunaWeb

28/9/2009

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