Bienestar en el entorno laboral, ¿beneficio o derecho?

El bienestar es más que una elección, es el activo  y capital  que más debe preservarse, mantenerse y expandirse en tiempo presente y futuro.

Adriana Carel*

La vida laboral ocupa una parte significativa de nuestras vidas y el bienestar en el trabajo se ha convertido en un concepto crucial. El bienestar no se limita únicamente a tener un empleo, recibir un salario y ciertos beneficios, sino que abarca una serie de condiciones y factores que garantizan una vida digna y saludable para las personas en el trabajo.

En un mundo donde la atención a la salud mental y el bienestar se ha vuelto esencial, es crucial cuestionarnos si nuestras políticas organizacionales reflejan la realidad de estos desafíos. ¿Son los programas de bienestar actuales un derecho humano o simplemente un privilegio otorgado por algunas organizaciones?

El concepto de bienestar en el trabajo ha experimentado una evolución significativa a lo largo de la historia, reflejando cambios en la percepción de la relación entre la empresa y su personal, así como en la comprensión de lo que constituye un ambiente laboral saludable y productivo.

Bienestar laboral y salud mental, factores predominantes al momento de buscar empleo

En sus inicios, se centraba principalmente en cuestiones de seguridad y condiciones laborales. Con el tiempo, se amplió para incluir aspectos de salud física y mental, igualdad de género, diversidad e inclusión. Hoy en día, el bienestar en el trabajo abarca una gama de aspectos, desde la seguridad laboral hasta la promoción de la salud mental y el equilibrio trabajo-vida.

Bienestar ha sido una práctica, acciones asociadas a beneficios y una tendencia entre determinados grupos sociales. Hoy ha pasado a estructurarse y sedimentarse profundamente en las raíces sociales de nuestro comportamiento macro y micro. El bienestar es más que una elección, es el activo  y capital  que más debe preservarse, mantenerse y expandirse en tiempo presente y futuro.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, incluyendo salud y bienestar (Artículo 25). Sin embargo, en muchos lugares de trabajo, el bienestar y la salud mental se consideran más como beneficios opcionales que como derechos inherentes. Es hora de cuestionar este enfoque.

People Analytics: cómo usar datos para predecir y planificar las necesidades de talento en las empresas

La promoción del bienestar como un derecho humano en las organizaciones se basa en el reconocimiento de que las personas  tenemos  derechos fundamentales relacionados con el bienestar en el lugar de trabajo y refuerza la responsabilidad de las organizaciones para garantizar un entorno laboral seguro, saludable y respetuoso. Además, este enfoque se alinea con las tendencias actuales y las expectativas de una fuerza laboral más diversa y socialmente consciente.

Cuando el bienestar se percibe como un derecho humano, la cultura organizacional experimenta una transformación significativa. Ya no es simplemente un conjunto de políticas de recursos humanos; es la base misma sobre la cual se construyen relaciones laborales saludables y sostenibles.

¿Cuáles son las dos grandes preocupaciones de las empresas hoy en día?

¿Cómo cambiaría la dinámica en los trabajos si el bienestar se convirtiera en una prioridad fundamental?

La diferencia clave de considerar el bienestar como un derecho humano en lugar de un simple beneficio radica en el enfoque y la sostenibilidad a largo plazo. Cuando el bienestar es visto como un derecho, las organizaciones y sus líderes reconocen que no es un gesto de generosidad, sino una obligación ética y legal. Esto implica la implementación de políticas y prácticas laborales que respeten y promuevan la dignidad, la salud mental y física, y el desarrollo integral.

Este cambio no es simplemente semántico; es una evolución hacia una comprensión más profunda y comprometida de las obligaciones éticas y legales de las organizaciones hacia sus integrantes. Se trata de reconocer que el bienestar no es un regalo, sino un derecho fundamental respaldado por los principios universales de derechos humanos.

*Directora de Capacitación y Desarrollo de Whalecom

En esta Nota