Bienestar corporativo, clave en la nueva normalidad

Por Federico Katsicas* / La salud en el ámbito laboral post pandemia se vuelve vital para las compañías. Claves para una buena gestión del capital humano.

Redacción Fortuna

Abordar el concepto de bienestar corporativo requiere un recorrido por las dimensiones individuales, sociales, de salud y económicas que rodean no sólo a cada sujeto sino también a las compañías. Es importante dar cuenta de la concientización de la salud en el ámbito laboral, en un contexto en el que el accionar de cada uno impacta sobre los demás.

La gestión del capital humano en Recursos Humanos es una pieza vital del rompecabezas que toca armar hoy, ya sea en el home office o en la vuelta a los trabajos después del covid-19. Es importante que las empresas aborden medidas dirigidas a contrarrestar los efectos del estrés post- traumático de la pandemia en los empleados. En este escenario, el bienestar se vuelve protagonista en la nueva normalidad. Eso lleva a preguntarse: ¿Cómo ayudamos a nuestros líderes y negocios a transformarse? En el bienestar corporativo puede estar la respuesta.

Una organización con hábitos saludables es más productiva y rentable. Está comprobado que las compañías que invierten en la salud de sus empleados superan en performance a sus competidores.

Las enfermedades no transmisibles, también conocidas como crónicas, ocupan cada vez más lugar en las políticas de prevención de las empresas debido a su incidencia en el ausentismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas enfermedades causan la muerte del 71% de la población mundial (1) y las más comunes son: diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, infarto agudo de miocardio y ACV. En la Argentina, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, estas enfermedades son provocadas por el exceso de peso, que afecta al 66,1% (2) de la población (la obesidad, que compromete al 32,4%; (3) y el sobrepeso al 33,7) y la presión arterial, que padece el 40,6% (4). A su vez, el 22,2% de la población consume tabaco (5) y el 64,9% no realiza suficiente actividad física (6). Partiendo de estas cifras, desde las empresas se pueden diseñar acciones para incentivar a que los empleados adopten un estilo de vida más sano.

El enfoque en la prevención comienza con el cambio de las prácticas de gestión y las culturas de trabajo tóxicas, que causan problemas de salud significativos e incluso afecciones severas en los empleados. Es importante la implementación temprana de un programa de bienestar integral que fomente el cuidado de la salud y, además, mejore el entorno laboral.

Uno de los aspectos clave es que estos programas de bienestar que se instauran en las empresas, sean medibles y que exista la posibilidad de evaluar mejoras en función del progreso e intentar medir si ese impacto se refleja de alguna manera primero en la salud o bienestar de sus empleados, y también en los resultados de la compañía.

No hay que dejar de lado tampoco un elemento fundamental como “el tiempo” necesario para que un programa de bienestar dé sus frutos. Los cambios no son inmediatos y se deben planificar con un horizonte distante.

Los programas de beneficios tienen un impacto a largo plazo en el nivel de compromiso y eficiencia de los colaboradores. En este sentido, no solamente sirven para tener colaboradores en mejores condiciones de salud, sino para captar mejores talentos.

*Director de Negocios Corporativos de Wellcorp