El calentamiento global aumentará la pobreza

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Redacción Fortuna

helen_clarkOpinión. Por Helen Clark * |

Mientras nosotros celebramos el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, millones de personas en Asia y el Pacífico están tratando de reconstruir sus vidas después de sufrir una serie despiadada de tormentas tropicales, terremotos y maremotos. Desafortunadamente, muchos murieron en esos desastres.

Este año la comunidad internacional tiene la oportunidad de hacer algo bien concreto para enfrentar el empobrecimiento asociado con los desastres climáticos en el mundo en desarrollo. Cuando se reúnan para tratar el cambio climático en el mes de diciembre en Copenhague, los negociadores podrán llegar a un acuerdo que sea positivo para el clima, para la reducción de la pobreza y para el desarrollo.

Los esfuerzos por erradicar la pobreza y por enfrentarse al cambio climático no pueden separarse. Las experiencias de las familias pobres de Asia y del Pacífico que se despertarán hoy en refugios, sin casas, después de haber perdido sus modos de vida, nos recuerdan que las personas más pobres – ésas que son las que están peor equipadas para hacer frente a los desastres naturales – son las que tienen más probabilidad de sufrir los impactos más severos del cambio climático. Una persona que vive en un país en desarrollo tiene 79 veces más probabilidades de pasar por un desastre relacionado con el clima que una que vive en un país desarrollado.

El cambio climático tiene el potencial de socavar el progreso del desarrollo. En el estado actual de las cosas, muchas personas del mundo viven sin los elementos básicos esenciales para tener una vida digna, tales como acceso a alimentos nutritivos y a la vivienda, la energía, el agua potable y la higiene. El impacto del cambio climático hace que la vida de muchos sea peor.

A causa del cambio climático se cree que unas 600 millones más de personas de África pueden caer en la desnutrición debido al desmoronamiento de los sistemas agrícolas; que unas 1,8 mil millones adicionales pueden sufrir escasez de agua, especialmente en Asia; y que más de 70 millones de bangladesíes, 22 millones de vietnamitas y seis millones de egipcios pueden verse afectados por inundaciones relacionadas con el clima.

Los efectos del cambio climático se hacen sentir de manera desproporcionada en los pobres, y sobre todo en las mujeres y los niños. En lo que respeta a la educación de las niñas, por ejemplo, en muchos países las niñas ya se enfrentan a obstáculos considerables para asistir o permanecer en la escuela. Los estudios indican que los problemas causados por el clima empeoran las cosas. Las mujeres indias nacidas durante una sequía o una inundación en la década de los 70 tenían 19% menos probabilidades de asistir a la escuela primaria que las mujeres de la misma edad que no se habían visto afectadas por un desastre natural. Estas desventajas tienen otras consecuencias: una mujer con poca educación no sólo estará peor equipada para adaptarse al cambio climático, sino que tendrá menos posibilidades de tener ingresos y comida adecuada, o de tener hijos saludables y bien alimentados.

Las implicaciones que tiene el cambio climático sobre la salud son serias. Un cambio en las condiciones de lluvia, humedad y temperatura causado por el cambio climático se traduce en que enfermedades como la malaria – que actualmente causa la muerte de aproximadamente 800.000 niños por año – se extenderán a áreas de donde habían sido eliminadas, como las tierras altas de Kenya o Jamaica. Mayores inundaciones empeorarán los problemas relacionados con la higiene, especialmente en áreas urbanas muy pobladas, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas a través del agua como el cólera. Se estima que en la actualidad mueren 5.000 niños por día por causa de una mala higiene y de falta de acceso a agua potable.

Las Naciones Unidas trabajan para ayudar a las personas de los países en desarrollo que más lo necesitan. En el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se pone el énfasis en la reducción de la pobreza y en los otros Objetivos de Desarrollo del Milenio, en el desarrollo sostenible y en lo que se necesita para lograr esos objetivos, incluyendo una buena gobernanza, paz y estabilidad.

Este año, cuando conmemoremos el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, recordemos que si la lucha por erradicar la pobreza no se encuentra en el centro mismo de todo acuerdo internacional sobre el cambio climático, estaremos de hecho abandonando a los pobres a su suerte, a que, como dijo el Arzobispo Desmond Tutu, “se hundan o naden”. La comunidad internacional tiene la responsabilidad colectiva que asegurar que eso no sea así.

* Administradora del Programa de las Naciones Unidas y ex primera ministro de Nueva Zelanda

17/10/2009

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