Alertan sobre sustancias tóxicas en productos tecnológicos

Estudios alemanes comprobaron la presencia de componentes cancerígenos en productos de uso cotidiano. Cuáles son y como prevenirse.

Redacción Fortuna

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Por Susanne Ehlerding (dpa)

Los cables de auriculares, las carcasas de celulares o los teclados de computadoras entran en contacto todos los días con la piel. Por ello, es muy importante que no contengan substancias químicas nocivas para la salud. Un test realizado para la revista de computación alemana "c't" demuestra que este peligro es real: muchos componentes plásticos de las fundas para celulares, cables, ratones o teclados están contaminados por sustancias sospechosas o prohibidas.

"Es difícil saber exactamente hasta qué punto esos objetos están contaminados por sustancias tóxicas", dice Johanna Wurbs, experta del Ministerio alemán de Medio Ambiente. El problema es que las mediciones son relativamente costosas, sobre todo cuando se trata de productos muy caros. Por esta razón, los órganos de control en Alemania se limitan a detectar la eventual presencia de sustancias prohibidas. A lo sumo se buscan en algunos casos particulares sustancias que sólo son sospechosas.

Por tanto, es imposible, en términos generales, saber exactamente el contenido de un objeto hecho de materia plástica. "Una de las excepciones son los materiales que entran en contacto con alimentos", dice el experto alemán Ralph Pirow. En esos productos, los fabricantes sólo pueden utilizar sustancias permitidas y, por tanto, previamente analizadas.

En el ámbito de la técnica, las normas son menos severas. El laboratorio Bureau Veritas, al que la revista "c't" encargó el test, detectó en ocho de los 21 productos examinados sustancias prohibidas. Cinco productos contenían sustancias permitidas pero sospechosas y sólo ocho fueron catalogados como más o menos inofensivos.

El test consistía en detectar la presencia de tres sustancias químicas, entre ellas los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Estas sustancias contaminantes entran en los productos durante el proceso de fabricación de gomas o cuando se usa tizne para colorear. "Los HAP son sin duda alguna cancerígenos", dice Johanna Wurbs. Para ocho de esas sustancias Alemania ha establecido a partir de 2015 un contenido máximo permitido de un miligramo por cada kilogramo de producto.

Sin embargo, esa norma sólo rige para aquellos productos que entran en contacto directo con la piel durante períodos prolongados o de forma repetida. En el test publicado por "c't", los soportes de goma de un teclado superaban 534 veces el límite máximo de HAP, aunque la mayoría de los usuarios probablemente no entra muchas veces en contacto con esos soportes. Sin embargo, aunque alguna sustancia nociva no entre en contacto con la piel, no significa automáticamente que no haya ningún problema. Lo que pasa es que los productos contaminados también tienen efectos a largo plazo y pueden entrar en la cadena alimenticia, por ejemplo, explica Johanna Wurbs.

La Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (REACH) ha establecido restricciones adicionales para el uso de productos químicos. Actualmente, los fabricantes e importadores tienen que registrar los productos químicos que utilizan. Durante un procedimiento de varias fases, esos productos son escaneados y, de resultar peligrosos, su uso es prohibido o sujeto a autorización.

Por tanto, existen algunas normativas destinadas a proteger a los consumidores de sustancias peligrosas. Sin embargo, como ha demostrado el test de la revista "c't", no todos los fabricantes respetan las normas. Muchas veces los consumidores pueden determinar por el olor si un producto contiene sustancias peligrosas: "Los HAP muchas veces tienen un olor parecido al de una gasolinera. Los ftalatos incluso pueden oler a fruta", dice Johanna Wurbs. En cambio, los metales pesados son inodoros.

Lo que también puede ser recomendable es comprar sólo productos de marca. "Las empresas renombradas no quieren perder su prestigio", explica la experta. "Además, cuanto más grande es la empresa tanto más grandes son su departamento medioambiental y sus conocimientos técnicos, por lo que sus productos suelen ser más seguros".

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