Las trabas a importados protegen más a la estabilidad del dólar que al empleo local

Algunas de las medidas blindan a fábricas que ya eran inmunes a la competenciaexterna. Los frenos al ingreso de bienes de lujo sólo aminoran la salida de divisas por el riesgo local.

Redacción Fortuna

Por Matías Barbería

La extensión de las restricciones aduaneras a otros 200 productos no sólo cosechó quejas de uruguayos, brasileños e importadores chinos. También de parte de especialistas que señalan que el Gobierno está sobreprotegiendo a sectores a los que ya había escudado y que el objetivo de cuidar el saldo comercial para sostener la estabilidad cambiaria se paga con inflación.

“Se trata de explicar la decisión de extender las licencias por el aumento de importaciones, pero se compara el nivel de compras externas con un año como 2009, que fue recesivo”, comentó Eduardo Álvarez, Economista jefe de IES Consultores. Las compras al exterior crecieron 45% con respecto al año pasado, pero cayeron 1,8% respecto de 2008, el último previo a la crisis financiera internacional.

La comparación de esos dos años arroja que muchos de los sectores que protege la política aduanera del Gobierno, en realidad, vieron caer la competencia extranjera. Por ejemplo, las importaciones textiles y de indumentaria cayeron 9,8% en dos años, las siderúrgicas 24,8%, las de calzado 4% y las de motos 18,3 por ciento.

Más allá de que el presente muestre que los sectores manufactureros que sustituyen importaciones no están en su peor momento en cuanto a la competencia con importados, la ministra de Industria, Débora Giorgi, puede haber estado mirando hacia adelante al firmar la resolución 45, que elevó de poco más de 400 a casi 600 la cantidad de bienes sometidos a licencias no automáticas.

Esa película muestra que la apreciación del peso, la inflación y la suba de costos erosiona la competitividad de la industria local. Las más afectadas serán las que no dependen de los ascendentes precios internacionales de las commodities. Estas restricciones se adelantan a ese escenario que preve una dinámica exportadora debilitada e importaciones en ascenso.

Pero esa lógica no alcanza para explicar por qué se traba el ingreso de automóviles de alta gama, alimentos y bebidas premiun, o, como mencionó un importador a este diario, cascos de moto de altísima tecnología imposibles de producir en el país en el corto plazo.

“Cuando uno mira la resolución 45, entiende que una parte de los productos sometidos a licencias no automáticas están en la lista por pedidos de sectores específicos”, analizó Dante Sica, titular de la consultora Abeceb.com. “La otra parte, como los autos europeos, no parecen perseguir otro objetivo más que el de aumentar la oferta de dólares que arroja el saldo comercial”, señaló.

El superávit comercial se achicó hasta alcanzar los US$12 mil millones en 2010, un 28,6% menos que en 2009. Ese saldo, junto con los alrededor de US$ 50 mil millones de reservas, conforma el poder de fuego de Cristina Kirchner para afrontar vencimientos de deuda de este año y evitar sobresaltos con el precio del dólar por la incertidumbre que generan las elecciones.

Precios. La industria crece a tasa chinas. Lo hizo al10,5% en 2010 . Pero produce al límite de sus posibilidades. La utilización de la capacidad instalada es de 78 % promedio. Los especialistas afirman que el 85% es considerado un 100 por ciento técnico.

Para satisfacre la demanda, la industria debe invertir para ampliar su capacidad de producción.

Pero a pesar de que en enero el monto de los anunccios de inversiones creció 70% respecto del mismmo mes de 2010, no pueden empatar esa carrera, lo que hecha otra leña al fuego del aumento generalizado de los precios a menos que se importen los productos cuya demanda no es cubierta.

Un informe de IES Consultores muestra que el crecimiento de las las importaciones se explican, en parte, porque la capacidad de producción llegó a su límite en sectores como el plástico, el siderúrgico y el de productos químicos. Es que más de la mitad de las compras argentinas al exterior tienen por destino la industria.

Por ello, las 200 nuevas licencias, entonces, tienen sólo una forma de ajuste: “Menor oferta y aumentos de precios”, resumió Álvarez de IES.

* De la redacción de Diario Perfil

19/2/2011

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