Deuda o emisión, la cuestión en el corto plazo

Cualquier país del mundo posee básicamente cuatro formas para financiarse: impuestos, privatizaciones, endeudamiento y emisión monetaria. El problema de Argentina es que algunos de estos recursos ya los tiene demasiado explotados.

Redacción Fortuna

Kicillof

Por Iván Cachanosky (*)

Está más que claro que uno de los principales problemas del gobierno actual es el elevado gasto público. El mismo (contando Nación, Provincias y Municipios) alcanza aproximadamente el 46% del PBI. Vale la pena recordar también, que cuando el gobierno Kirchnerista heredó el poder, el gasto como porcentaje del PBI era del 30%. En otras palabras, se ha expandido 16 puntos porcentuales. Más allá de la crítica (o no) del destino de dicho gasto público; el mismo, necesita financiarse de alguna manera.

Cualquier país del mundo posee básicamente cuatro formas para financiarse: 1) Impuestos, 2) Vender Activos (Privatizaciones), 3) Emitir deuda, 4) Emisión monetaria.

El problema de Argentina, es que algunos de estos recursos ya los tiene demasiado explotados.  En primer lugar, la presión tributaria se encuentra en niveles récords alcanzando aproximadamente el 42% del PBI. También vale la pena recordar aquí, que este gobierno incrementó la presión tributaria ya que la heredó en alrededor del 25%. Con lo cual, a este primer recurso, no es posible sacarle más jugo. Ya se encuentra totalmente exprimido.

En cuanto al segundo recurso, las privatizaciones, claramente no son opción para este gobierno cuya ideología política encara para el lado contrario; es decir, la estatización de empresas (YPF, Aerolíneas Argentinas, Sistemas de Pensión, etc.). No es intención del presente artículo emitir juicio de valor acerca de si las privatizaciones/estatizaciones son correctas o no. Pero sí nos interesa remarcar, que no representa una fuente de ingreso para este gobierno debido a su ideología política. Y las empresas estatizadas, no se caracterizan por generar flujos de fondos que generen beneficios monetarios.

De esta manera, el actual gobierno se encuentra en la encrucijada de si financiarse con deuda o emisión monetaria. Los últimos años lo venía haciendo a través de la emisión monetaria, con su consecuente inflación. Sin embargo, con la llegada de Fábrega, hubo un cambio de estrategia a inicios de este año y la financiación pasó a la deuda interna (letras del tesoro). Si bien Abril pareciera volver a apretar el acelerador de la emisión, lejos se encuentra de los niveles observados en la época de Mercedes Marcó del Pont, donde se alcanzaban incrementos interanuales de base monetaria de casi el 40%. Hoy esa cifra no alcanza un aumento del 20% interanual.

La razón por la que el BCRA está emitiendo a una menor velocidad se debe a que se está endeudando para financiar al gobierno. Esto es así porque el BCRA sí tiene acceso al crédito voluntario mientras que el gobierno no. De esta manera, el BCRA actúa como prestamista del gobierno. Sin embargo, el estado nunca devolvió el dinero al BCRA, con lo cual a la larga funciona como una postergación de emisión, que significará un mayor incremento de la oferta monetaria a futuro debido a que habrá que pagar los intereses.

¿Significará esto que el gobierno en este 2014 se financiará a través de deuda interna? Por supuesto no puede saberse la respuesta. Lo que sí podemos afirmar, es que, si decide financiarse por medio de deuda interna, la inflación no corre riesgos de dispararse (por lo menos este año). Aunque, como contrapartida, tarde o temprano esa deuda hay que pagarla. Vale aclarar también, el sinceramiento del Indec en cuanto al índice de precios y ver como evoluciona el nuevo PBI con base IV Trimestre 2014, ya que el gobierno está intentando mejorar su situación internacional para buscar financiamiento externo (FMI, Club de París, CIADI).

Repasando brevemente los últimos años de la Argentina, pareciera que el país no puede salir de este eterno dilema de “deuda o emisión”. En los 80, con la presidencia de Alfonsín, el financiamiento vino a través de emisión, desencadenando la hiperinflación del 89. Luego, en los 90, con la presidencia de Menem, el financiamiento vino por privatizaciones y por deuda, lo que más tarde también derivó en la crisis del 2001-2002. Y es que Argentina es tan extravagante que inventó un quinto “recurso de financiamiento”: el default. Esto significó, lisa y llanamente no reconocer una parte de la deuda y declararse en quiebra.

Como conclusión, ¿deuda o emisión? Ninguna es buena. La génesis del problema se encuentra en el elevado gasto público. Si Argentina quiere volver a poseer instituciones fuertes que atraigan inversiones y dejen de fugarse capitales, debería comenzar por reducir el creciente e incesante gasto público.

iván cachanosky(*) Iván Cachanosky es candidato a Magister en Economía Aplicada y doctorando en Economía en la UCA. Se desempeña como Analista Económico en la Fundación Libertad y Progreso. Twitter: @ivancachanosky

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