En Belgrano, Recoleta y Palermo ya no es un buen negocio vivir de rentas

La rentabilidad de las propiedades en alquileres se encuentra en mínimos históricos, según datos de la Cámara Inmobiliaria. El consuelo: cubrir expensas e impuestos.

Redacción Fortuna

Por Paola Quain (*)

Tener departamentos en alquiler dejó de ser una opción atractiva en un golpeado mercado inmobiliario. El derrumbe de la rentabilidad que sufrieron los propietarios en los últimos años modificó la histórica creencia de que tener ladrillos es sinónimo de una inversión rentable, un fenómeno que se aprecia en todos los barrios de la Capital Federal, pero en especial en Belgrano, Recoleta y Palermo, donde el margen de ganancia por alquilar un inmueble puede ser muy exiguo.

Esta situación es el resultado de que los aumentos de salarios quedaron por debajo de la inflación, haciendo que los inquilinos no estuvieran en condiciones de pagar lo pretendido por los propietarios, según referentes del mercado inmobiliario.

Armando Pepe, fundador de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), sostuvo que históricamente los alquileres tenían una rentabilidad de 1% mensual en dólares con respecto al valor del inmueble, es decir un 12% anual, pero “hoy vemos una estrepitosa caída de la rentabilidad porque el crecimiento de los ingresos es menor al de la inflación, por lo tanto los valores a los que se han ido ajustando los alquileres no pueden acompañar la suba de costos”. Como resultado, la rentabilidad promedio es de 0,30 a 0,40% mensual, lo que arroja un 3,6% a 4,5% anual en dólares, apunta.

En ese marco, y teniendo en cuenta que el grado de ajuste de los precios de los departamentos depende de la zona, el tipo de inmueble y características especiales que tenga, Mariano Sardáns, especialista de FDI Gerenciadora de Patrimonios, señaló a PERFIL que en Palermo, Recoleta y Belgrano esta situación es más evidente. “Como no hay poder adquisitivo para pagar lo que pretendía el inversor, dado que tampoco hay la gran cantidad de extranjeros que había años atrás, el propietario de las unidades especiales, las más caras, prefiere cubrir al menos las expensas y los impuestos cada vez más altos antes que tener el departamento vacío”, sinceró Sardáns.

Y es justamente en dos de esos barrios en los que el ajuste llegó al 40% en promedio, haciendo muy difícil para los inquilinos afrontar el aumento.

Según datos del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano (Cedem) de noviembre pasado, los barrios de Belgrano y Recoleta mostraron variaciones interanuales de 40% en el precio de los alquileres, mientras que el promedio para ese período en la Ciudad fue de 30%. Los precios más caros, en tanto, se registraron en Palermo, donde una unidad de 50 m2 promedió $ 5.334; en Belgrano $ 5.145 y  en Recoleta $ 4.870.

Además, en los departamentos de uno, dos y tres ambientes, los inquilinos prefieren los departamentos nuevos, porque según las fuentes, hay una diferencia de sólo 20% entre los dos y se evitan tener que hacer arreglos de mantenimiento.

José Luis Griselli, presidente de la Asociación en Defensa de Inquilinos, coincidió con el diagnóstico, “es cierto que las propiedades no tienen la rentabilidad en dólares que tenían tiempo atrás, porque los salarios no acompañaron a la inflación”, dijo y agregó “que no hay oferta de créditos blandos para la vivienda y eso hace que la locación se convierta en el contrato estrella”. En este sentido el titular de la entidad destacó que lo preocupante es que  en la Ciudad de Buenos Aires, unas 900 mil personas alquilan, eso es cerca del 30% de los habitantes”.

Alternativa. Un camino que encontraron los inversores para mejorar sus rendimientos fue la inversión en pozo, donde se ingresa antes de la contrucción de un edificio para luego vender la unidad adquirida. Pepe opinó que es una opción para los asalariados en pesos que tienen dificultades para acceder a la compra de dólares, mientras que los inversores que hoy tienen divisas en sus manos han decidido esperar.

(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.