Por Patricia Valli |Los aéreos para el 2016 suben entre 50 y 100%. Desalientan ventas a largo plazo por incertidumbre sobre el tipo de cambio.
La incertidumbre sobre el valor del dólar y los nuevos límites del Banco Central para girar divisas al exterior dejaron virtualmente “sin precio” a los pasajes aéreos a partir de julio del 2016. Ya para viajar desde diciembre próximo, las tarifas de los tickets exhiben un fuerte aumento de los precios, que llegan a duplicarse para la temporada alta del hemisferio Norte. Un pasaje a Miami que este año se consiguió por $ 12 mil (con impuestos y anticipo de Ganancias incluidos), para julio de 2016 se consigue en un promedio de $ 24 mil.
“Las aerolíneas se cubren de una devaluación”, aseguró un operador del sector de turismo, aunque juegan también otros factores, como la estacionalidad y la ocupación de los aviones.
Según el presidente de la Federación de Agencias de Viaje y Turismo, Faevyt, Fabricio Di Giambattista, “las tarifas de este año desaparecieron”, y advirtió que “el sistema de clases le permite a las aerolíneas cambiar las tarifas permanentemente”.
“Las tarifas son en dólares y las aerolíneas limitan el largo plazo al año que viene ante el escenario de incertidumbre y guardan la oferta para sacarlos a la venta más cerca de la fecha”, explicó el Country Manager de Atrápalo.com, Martín Romano. La decisión del BCRA de pedir información sobre pagos mayores a US$ 75 mil hizo que dejaran de vender. Los precios irrisorios en parte se explican por el “no precio”, la incertidumbre sobre cuál será el tipo de cambio. “El efecto real se verá la próxima semana. Si no se pueden girar los dólares para los pagos al exterior, habrá que evaluar opciones como el pago en destino con tarjeta”, estimó Di Giambattista. En ese caso, la salida de dólares no se evita, sólo pasa de la agencia a la tarjeta de crédito. En cuanto al financiamiento, las cuotas se mantienen, por ahora.
Mientras tanto, para el verano las ventas avanzan. “Las compras se están adelantando entre 30 y 60 días”, detalló Romano. “La posibilidad de una devaluación hace que se compre antes el pasaje. Con la devaluación del real, la demanda de Brasil es fuerte”, agregó
