Por Agustín Etchebarne | El pueblo peruano tiene una gran oportunidad de salir de la idea del conflicto permanente y entrar en una era de cooperación racional, al menos por los próximos diez años.
Hace días asumió el nuevo presidente en medio de las fiestas patrias. PPK es un economista ortodoxo con experiencia de gobierno. Un hombre de 77 años que tendrá 82 cuando termine su mandato, de modo que su máxima aspiración sin lugar a dudas es hacer un buen gobierno y dejar al Perú en las puertas de ser un milagro económico. Perú tiene esta oportunidad porque casi la mitad de la población votó a Keiko Fujimori y la otra mitad apoyó a PPK porque le tiene miedo. Keiko no tiene grandes diferencias en cuanto a sus ideas económicas pero tiene alguna tendencia más populista simplemente porque tiene grandes aspiraciones políticas. Además tiene un entorno complicado en parte vinculado a la corrupción de su padre.
Pero resulta que Keiko ya no es rival de PPK porque las próximas elecciones presidenciales son dentro de cinco años. De modo que si ambos son inteligentes, y creo que lo son, pueden hacer grandes cosas juntos que beneficien a ambos y también al Perú. Keiko tiene la llave del Congreso y la izquierda en Perú es pequeña porque todos los que votan a Keiko lo hacen porque su padre eliminó a Sendero Luminoso. El costo de la guerrilla marxista en Perú fue brutal y la inmensa mayoría lo sabe.
Además, el presidente saliente, Ollanta Humala, que representaba la izquierda populista, a diferencia de otros populistas latinoamericanos hizo un gobierno moderado, mantuvo una economía relativamente libre, y se mantuvo dentro de la Alianza del Pacífico que acababa de iniciarse pocos meses antes de asumir su mandato. Pero su gobierno termina desgastado, acusado de problemas de corrupción y su mujer que tenía ambiciones presidenciales aparece disminuida.
Hay por tanto una gran oportunidad porque confluyen los intereses de los principales políticos con los intereses de la nación. Tanto a PPK como a Keiko les conviene que la izquierda se mantenga pequeña y que PPK termine bien su gobierno. Al mismo tiempo a Keiko le conviene aparecer también como parte importantísima del futuro milagro peruano. Para esto deben asegurar pasar lo mejor posible estos momentos con vientos mundiales desfavorables y asegurar la continuidad del modelo económico que empezó con Fujimori padre. Así, PPK terminaría un gran mandato y le tocaría a Keiko gobernar en el mejor momento cuando el mundo ya empiece a hablar del milagro peruano.
Keiko habría demostrado su moderación y su visión de estadista, estaría más madura y sería probablemente el mejor reaseguro para continuar con esta tendencia dentro de cinco años.
Hoy la gente en la calle sabe, o intuye, que el acuerdo entre Keiko y PPK es lo mejor que le puede pasar al Perú. El pueblo peruano tiene una gran oportunidad de salir de la idea del conflicto permanente y entrar en una era de cooperación racional, al menos por los próximos diez años.
En cambio, en Argentina, gran parte de la oposición está interesada en que Macri termine mal su mandato. Que Dios le de salud a PPK, sabiduría a Keiko y que algún día ilumine a los políticos argentinos.
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Agustín Etchebarne es economista especializado en Desarrollo Económico, Comercialización Estratégica y Mercados Internacionales, además de profesor de ESEADE y de la Universidad de Belgrano. Es Director General de la Fundación Libertad y Progreso. Twitter: @aetchebarne
