La revista británica prevé crecimiento de 2,8% este año con inflación de 22,5%. Y expansión de 3% promedio hasta 2021. En plena tensión gremial advierte que esto será así siempre y cuando el Gobierno avance con reformas y mantenga fortaleza política.
Por Jairo Straccia *
Mientras crecen los reclamos sociales y se tensiona el conflicto gremial en la Argentina, el presidente Mauricio Macri resiste en los foros internacionales como “moda” para los inversores extranjeros.
Uno es el que le prepara la revista británica The Economist para el 8 de marzo en el hotel Alvear de Buenos Aires, un día después de la movilización gremial y tras el paro docente anunciado hoy en pleno conflicto de la provincia de Buenos Aires con los gremios bajo el paraguas de Suteba, que lidera Roberto Baradel.
Como un anticipo de ese encuentro, la publicación que con sus tapas marca el pulso de políticos y empresarios de todo el mundo, vaticinó hoy que la Argentina tiene por delante un lustro de crecimiento estable en torno al 3% con inflación en baja, siempre y cuando se cumpla una condición que quizás den por descontada demasiado rápido: que Cambiemos tenga la fortaleza política para avanzar con una agenda de “reformas estructurales” pro inversión, que son las que cuestionan los sindicatos en la calle, y que “el peronismo no vuelva a ser influyente” tras las elecciones de octubre.
Los pronósticos de la Unidad de Inteligencia de la revista son música para los oídos de la Casa Rosada. Esperan que este año la actividad crezca 2,8%, con una inflación por encima de la meta del Banco Central, en 22,5%, pero con perspectivas de una expansión de 3,6% el año que viene y 2,7% en 2019. El costo de vida iría en baja, al 12,8% el año próximo y al 9,3 en el último año del mandato. La revista también pronosticó metas de déficit decrecientes, en parte gracias al crecimiento, pero previas a los anuncios que hizo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ayer. Además, esperan un dólar en $ 16,80 promedio para el año, por debajo del $ 18 que se estimaba en el presupuesto nacional.
Según Fiona Mackie, analista para Latinoamérica y el Caribe de la Intelligence Unit, los sectores que motorizarían este crecimiento serían la infraestructura (de hecho la Argentina aparece anteúltima en el ranking regional de ése rubro), telecomunicaciones, bancos, campo y el petróleo, en tanto que entre los rezagados se anota el consumo (aunque ahora “podría repuntar”). El sector industrial no aparece en el radar.
Pero la principal incertidumbre no se puede computar en una tabla y puede volver abstracto todo el resultado: es la fortaleza política del gobierno. “Ya se ven oscilaciones políticas, como los cambios en el gabinete y los escándalos”, detalla la presentación sin mencionar ni el Correo ni el caso Arribas. Y señala que si bien las elecciones no van a darle mayorías a Cambiemos, sí “van a definir cuánto puede influir el peronismo en la gobernabilidad” a partir de ese día.
Por lo demás, los principales económicos reparos, en tanto, llegan del contexto internacional, con China y Estados Unidos creciendo menos y comprándole menos al mundo, y con un Brasil “que si creciera más rápido sería mejor para la Argentina”. ¿Puede pasarle a Macri lo mismo que a Dilma Rousseff, que por ajustar las cuentas públicas ahogó cualquier reactivación? Para Mackie, el ajuste fiscal encuentra a la Argentina en fase de expansión, cuando en Brasil había llegado en un momento ya de contracción. “Pero es una buena pregunta”, dijo la experta. The Economist, de hecho, pasó de vaticinar con sus tapas el despegue al aterrizaje del mayor socio comercial de nuestro país.
Y otra advertencia es el nivel de endeudamiento, pero no por su tamaño en términos del PBI, que se mantendrá, según sus pronósticos, por debajo del promedio regional, sino que asoma como “vulnerabilidad” la escasez de reservas respecto de la deuda externa. La Argentina cubre el 20% de su deuda con las reservas, cuando Perú cubre 80% e incluso Brasil, el 60%.
* Editor jefe de Economía en el diario Perfil. En Twitter: @jairostraccia
