En tres meses, la ‘bicicleta financiera’ de la era Macri rindió 10% en dólares

Por Jairo Straccia | Imagínese que tiene US$ 100. Los pasa a pesos, son $ 1.550 a la cotización del viernes.

Redacción Fortuna

Imagínese que tiene US$ 100. Los pasa a pesos, son $ 1.550 a la cotización del viernes. Compra una letra del Banco Central, Lebac, una especie de plazo fijo a 35 días que rinde 24% anual, un 2% mensual. Así, al mes, usted tendrá cerca de $ 1.600. En ese momento, tal vez el dólar está a $ 15,40. O sea que ahora esos $ 1.600 son US$ 104. Usted ganó, entre la tasa en pesos y la baja del tipo de cambio, más del 3% en dólares. Imagínese que vuelve a hacerlo un mes y otro mes.

Esto viene ocurriendo al menos desde principios de año, con millones de dólares que inversores vuelcan a la “bicicleta financiera” del momento, llamada carry trade, y que permitió hasta ahora ganar cerca de 10% en dólares. “Argentina es el campeón mundial del carry trade”, escribió de hecho el último reporte del Estudio Bein & Asociados.

“El carry trade es una operación especulativa que consiste en tomar dinero prestado a una baja tasa de interés en un país –y en su moneda– e invertir estos fondos a una tasa más elevada en otro país –en la moneda local–. Por ejemplo, un inversor podría tomar un préstamo en yenes en Japón a una tasa de interés de casi cero para luego convertirlos a pesos argentinos e invertirlos en esta moneda a tasas de más del 26% anual. Además, la ganancia podría elevarse si se aprecia el peso en su relación con el yen”, explica Mariano Sardans, de la gerenciadora de fondos FDI.

“Es lo que vienen haciendo mi madre, maestra de escuela, mi hermano, arquitecto, y miles de ahorristas desde hace meses; venden sus dólares para invertir en pesos a través de Lebacs, sacando una tasa compuesta superior al 26% anual. De hecho, lo hacen de un modo menos especulativo ya que usan fondos propios y no tomando préstamo en dólares”, completa Sardans.

Los críticos ven en esta alternativa un desincentivo a invertir en la economía real. “¿Quién va a poner una fábrica si sin hacer nada puedo tener esta rentabilidad en poco tiempo?”, dice un industrial.

Publicado en la Edición Impresa de Diario PERFIL