Por Nouriel Roubini* / Si fueran emitidas, las monedas digitales de los bancos centrales desplazarían de inmediato a las criptomonedas.
Los banqueros centrales del mundo han comenzado a discutir la idea de monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC por su sigla en inglés), y ahora hasta el FMI y su directora, Christine Lagarde, están hablando abiertamente sobre los puntos a favor y en contra de la idea.
Esta conversación viene muy atrasada. El efectivo se utiliza cada vez menos y prácticamente ha desaparecido en países como Suecia y China. Al mismo tiempo, los sistemas de pago digitales ofrecen alternativas atractivas para servicios que alguna vez sólo proporcionaban los bancos comerciales tradicionales. La mayoría de estas innovaciones tecnológicas para ofrecer servicios financieros todavía están conectadas con los bancos tradicionales, y ninguna de ellas se basa en las criptomonedas o en el blockchain (cadena de bloques). De la misma manera, si alguna vez se llegan a emitir CBDC, no tendrán nada que ver con estas tecnologías de blockchain tan promocionadas. Las CBDC muy probablemente reemplazarían a todos los sistemas privados de pago digital, más allá de si están conectados a cuentas de bancos tradicionales o a criptomonedas.
Como están dadas las cosas hoy en día, sólo los bancos comerciales tienen acceso a los balances de los bancos centrales; y las reservas de los bancos centrales ya funcionan como monedas digitales. Es por este motivo que los bancos centrales son tan eficientes y costo-efectivos a la hora de mediar en los pagos interbancarios y tramitar transacciones. Como los individuos, las corporaciones y las instituciones financieras no bancarias no cuentan con el mismo acceso, deben depender de bancos comerciales autorizados para procesar sus transacciones. Los depósitos bancarios, así, son una forma de dinero privado que se utiliza para transacciones entre agentes privados no bancarios.
Al permitirle a cualquier individuo realizar transacciones a través del banco central, las CBDC terminarían con este acuerdo, aliviando la necesidad de efectivo, cuentas bancarias tradicionales y hasta servicios de pago digital. Mejor aún, las CBDC no tendrían que depender de registros distribuidos públicos “sin permiso” y “sin confianza” como los que apuntalan a las criptomonedas.
Si alguna vez se emitiera una CBDC, desplazaría de inmediato a las criptomonedas, que no son escalables, económicas, seguras o realmente descentralizadas. A su debido tiempo, la banca estrecha basada en CBDC e intermediarios de fondos prestables podría garantizar un sistema financiero mejor y más estable. Si las alternativas son un sistema de reservas fraccionarias proclive a las crisis y una cripto distopía, entonces deberíamos seguir abiertos a la idea.
*CEO de Roubini Macro Associates.
Copyright.Project Syndicate,2018