El desafío de financiarse en Latinoamérica

Los representantes de Rappi, Werpi y Iúnigo analizan las posibilidades que tienen los nuevos emprendimientos de la región de obtener inversiones.

Redacción Fortuna

En el mundo capitalista, una de las principales preocupaciones que tienen los emprendedores, sobre todo en Latinoamérica, es la necesidad de financiarse para mantenerse competitivos en un ecosistema tan complejo como es el actual. Teniendo en cuenta las diferencias con el hemisferio norte donde pareciera que sobran las inversiones a nuevos emprendedores, los disertantes comentan cómo hacen las empresas de estas latitudes para obtener el capital necesario.

Para empezar, Matías Casoy, CEO de Rappi, explicó cómo el año pasado se convirtió en el primer unicornio colombiano al alcanzar una valuación de más de u$s 1.000 millones a través de una ronda de inversión.  Asimismo, aseguró que Latinoamérica es un mercado con un potencial enorme para las empresas innovadoras. De hecho, según se experiencia con Rappi, cuando la innovación tiene que ver con transformar la realidad, los inversores se ven sumamente interesados.

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Actualmente, los países de la región tienen la misma penetración de internet que China. Sin embargo, la diferencia radica en la injerencia del e-commerce. Mientras que en el país asiático es de más del 20%, en Latinoamérica es del alrededor del 5 %. Por lo tanto, para el CEO de Rappi, se está viviendo una gran oportunidad de negocios para los inversores que merece la pena ser explotada.

Por su parte, Federico Sánchez, CEO Y Co-fundador de Werpi declaró que la empresa es una joven start up que ha logrado mucho, principalmente, gracias al financiamiento propio. Aun así, marcó un paralelismo entre las posibilidades que tiene una empresa de recibir financiación en el hemisferio norte contra las que tienen en el sur.

Con respecto a Werpi, Sánchez argumentó que la empresa está en un proceso para hacerla crecer, pero que es bastante dificultoso debido a la poca cultura de capital de riesgo que existe por estas latitudes. Para el CEO Y Co-fundador de Werpi, a los emprendimientos no consolidados, le cuesta mucho poder acceder a este ecosistema económico. Si bien el gobierno promovió leyes que fomentan el crecimiento de los emprendedores, todavía o no se conocen tanto o no se comunican entre sí. Queda mucho por crecer y mejorar.

Finalmente, Federico Malek, CEO de Iúnigo, aclaró que la compañía es un caso fuera de lo común porque está incubado por un grupo asegurador como es San Cristobal. Sin embargo, argumentó que, aunque no esté bien desarrollada la cultura de capital de riesgo, cada vez se ven más “Ángeles” o inversiones semilla. Esto quiere decir, pequeñas inversiones, entre u$s 20.000 y u$s 10.000, que hacen que los emprendimientos empiecen a crecer. Para Malek, el asunto empieza a complicarse cuando las compañías buscan pasar al siguiente nivel, una serie A, B o C. Cuando se supera esa dificultad y la empresa empieza a ser global, vuelve a ser más fácil acceder al capital.

Afortunadamente, cada vez es más factible poder desarrollarse. Un claro ejemplo es Argentina, cuna de varios “unicornios”, como es el caso de Mercado Libre. Pero, al igual que los otros disertantes, Malek cree que todavía queda mucho por hacer.