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La curiosa historia del multimillonario que fue discriminado por su auto

Bernard Arnault, uno de los cinco hombres más ricos del mundo, tenía un Peugeot 205 que le encantaba porque le permitía pasar desapercibido. Sin embargo, le hizo pasar un mal momento. ¿Qué le pasó?

Peugeot 205 de Bernard Arnault. Foto: Largus

Bernard Arnault es uno de los hombres más ricos del mundo. De hecho, el empresario francés, cofundador y dueño de LVMH, se ubica quinto en el ranking de los multimillonarios con un patrimonio que ronda los US$ 170 mil millones, de acuerdo con el listado actualizado de la revista Forbes. 

Sin embargo, Arnault no siempre se deja llevar por la vida de lujos y ostentación que le permite su cuenta corriente. La prueba está en unos de los aspectos que más caracterizan a los ricos, sus autos. Si bien no es extraño suponer que el empresario es dueño de un gran número de autos de colección, hay uno en particular que le encantaba y que dio mucho que hablar en su momento por una situación particular que vivió en una de sus oficinas: su Peugeot 205.

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Un Peugeot 205 único

En 1990, el dueño del conglomerado LVMH compró un Peugeot 205 GTI con un motor 1.9 a nafta de 130 CV. El auto le gustaba mucho porque le permitía pasar desapercibido en sus desplazamientos cotidianos. Pocas sospechas levantaba una persona al volante de un auto de calle tan común. Cabe recordar que, cuatro años antes, Georges Besse, máximo responsable de Renault, había sido asesinado por el grupo de extrema izquierda Action Directe en las puertas de su casa de París.

Para evitar cualquier atentado a Arnault se le ocurrió una idea, blindarlo. El prestigioso especialista carrocero Labbé se encargó de llevar a cabo un blindaje de nivel 2 del ejemplar, que aguanta los disparos de arma corta tanto en los cristales como en el resto de la carrocería. No debió ser fácil porque hubo que buscar soluciones "alternativas", como la de añadir una segunda luna trasera muy gruesa separada a pocos centímetros de la primera, que no se veía porque las ventanillas de atrás y la luna posterior estaban muy oscurecidas.

Asimismo, aprovechó para personalizar el interior con unas opciones que no estaban disponibles en el modelo de serie. Por ejemplo, se equipó con tapicería de cuero, aire acondicionado y dirección asistida.

Se estima que el trabajo no fue nada barato y que solo la adaptación habría costado incluso cinco veces el precio del coche en el concesionario.

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Media tonelada de peso extra

El blindaje añadió 500 kg de peso al mítico 205, lo que exigió adaptar tanto las suspensiones como los frenos. Sin embargo no se tocó el motor, que Arnault quiso conservar en su variante original. Claro está que eso suponía que se quedara bastante por debajo de los 206 km/h que el coche alcanzaba en origen y consumiera mucho más que los 7,8 l/100 km que le correspondía al modelo de serie.

Arnault fue discriminado por su auto

En París, más precisamente a las afuera de sus oficinas, Arnault fue discriminado por su auto. Un fin de semana, el empresario se dirigía a su despacho cuando el el guarda de seguridad no reconoció a su jefe y no lo dejaba pasar. 

Al parecer, su empleado no creía que alguien que decía ser quien era viajara en un Peugeot 205. Se sabe que finalmente Arnault pudo ingresar a su empresa, pero cómo consiguió convencerlo es un misterio. 

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Qué pasó con el famoso Peugeot 205

Arnault utilizó este 205 GTI durante varios años. Después lo incorporó en su colección y en 2009 lo vendió a un coleccionista. Al momento de la venta el auto contaba con solo 14.700 kilómetros en su odómetro, estaba en perfecto estado y funcionaba correctamente.

 

RM

 

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