¿Cómo hizo su fortuna Bernard Arnault, el "padrino" de los JJ.OO 2024?

El empresario francés, presidente de LVMH, se convirtió en el rostro del evento global para las masas por excelencia: París 2024. Los secretos de su éxito.

Redacción Fortuna

Por décadas, el grupo LVMH ha sido sinónimo de elegancia, lujo y riqueza. Estas dos semanas, el holding que agrupa 75 marcas de alta gama en moda, joyería, relojes y alcohol se convertirá en el rostro del evento global para las masas por excelencia: los Juegos Olímpicos de París.

Con un importante papel de patrocinio destinado a pulir la imagen de los Juegos y de la capital francesa, comienza un nuevo capítulo en la especialidad de LVMH de vender exclusividad a gran escala bajo su presidente y director general, Bernard Arnault.

En ese sentido, se destaca la presencia de la marca de cosméticos Sephora como patrocinador del relevo de la antorcha olímpica y de Berluti como marca diseñadora de los uniformes de la ceremonia inaugural de Francia. Por si fuera poco, el joyero Chaumet elaboró ​​las medallas olímpicas que estarán guardadas y protegidas en estuches diseñados por Louis Vuitton.

"Tratamos de encontrar una manera de hacer algo más que simplemente firmar un cheque y colocar carteles en las calles", comentó Antoine Arnault, jefe de medio ambiente e imagen de LVMH e hijo mayor de Arnault a The Associated Press. 

Cabe recordar que el empresario francés se ubica en el podio de los hombres más ricos del mundo. Actualmente, el hombre de 75 años ocupa el tercer lugar, por detrás de Musk y Bezos, con un patrimonio de US$ 177 mil millones. 

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¿Cómo hizo su fortuna Bernard Arnault?

La relación de Arnault con el mundo empresarial nació desde muy temprana edad, ya que su padre, Jean Leon Arnault, era propietario de una empresa de obras públicas, Ferret-Savinel. 

En 1971 empezó a trabajar en la empresa familiar y logró convencer a su padre para que vendiera las actividades de construcción y obras públicas de la empresa por 40 millones de francos y reoriente la empresa hacia la promoción inmobiliaria. Bajo el nombre comercial de Férinel, la nueva empresa se especializó en apartamentos turísticos con el eslogan “Férinel, propriétaire à la mer” (Férinel, una propiedad en el mar).

En 1974 se convierte en director de construcción de la empresa y en 1977 es elegido director general, antes de suceder a su padre al frente de la empresa en 1978. 

Tras la victoria presidencial de Mitterrand, el joven Arnault decide mudarse a Estados Unidos donde funda Ferinel Inc. En 1984 lanzó su su carrera en el lujo al hacerse cargo de Financière Agache. Para eso se deshizo de los negocios menos atractivos de su adquisición y se quedó sólo con las joyas de la corona: Christian Dior y los lujosos grandes almacenes Le Bon Marché.

Cinco años mas tarde, el empresario adquiría una participación de LVMH y se convertía en su director ejecutivo. 

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Hoy en día, LVMH es tres veces más grande de lo que era en 2009. El año pasado, reportó US$ 93.200 millones en ingresos y US$ 24.600 millones en ganancias de operaciones recurrentes, para un margen de beneficio de más del 26,5%, de acuerdo con información del diario The Independent. Para sectores como el automóvil, las aerolíneas o el comercio minorista de alimentación este margen es posible solo en sueños.

Es una empresa pública, pero de gestión familiar. Cada uno de los cinco hijos de Arnault desempeña un papel, lo que lleva a especulaciones en los medios sobre quién lo sucederá en la cima; sin embargo, su decisión de extender la edad de jubilación para su trabajo de 75 a 80 años indica que podría permanecer en el cargo por un tiempo todavía.

Para el medio inglés, el fuerte de Arnault es equilibrar la herencia con la innovación para evitar que las marcas venerables se estanquen y brindar a los mejores diseñadores la libertad de actualizar los clásicos. Así, por ejemplo, Louis Vuitton impulsó su aura de exclusividad al multiplicar los estilos de bolsos a través de ediciones limitadas, con socios como el artista Jeff Koons, lo que permite a los compradores sentir que tienen algo diferente del resto.

“Dominar la paradoja de las marcas estrella es muy difícil y raro”, dijo una vez Arnault a Harvard Business Review, y agregó: “afortunadamente”. "Todo nuestro negocio se basa en dar a nuestros artistas y diseñadores total libertad para inventar sin límites", reveló. "Si miras por encima del hombro de una persona creativa, dejará de hacer un gran trabajo", sentenció.

La contribución financiera de US$ 162 millones de la compañía, una cifra reportada por los medios de comunicación y analistas pero no confirmada por el comité organizador o la compañía, colocaría a LVMH cerca de la cima de la lista de patrocinadores más grandes de los Juegos. El patrocinio ayuda al comité organizador a alcanzar su objetivo declarado de unos Juegos financiados con fondos privados que eviten los sobrecostos de Juegos Olímpicos anteriores.

 

RM