Itzcovich: “En el INDEC saben que la patota es una falacia”

ENTREVISTA | A días de la realización del Censo 2010, el director técnico del cuestionado organismo asegura que el operativo será un éxito. “Debatamos: yo mido el tomate en 200 negocios”, desafía. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

Por Jairo Straccia

FORTUNA: ¿Cuánto le cuesta el Censo 2010 al Estado?

ITZCOVICH: Un poco más de $ 500 millones. Como dijo el otro día el síndico general de la Nación, es el censo más barato que se ha hecho. En 1991 costó u$s 6 por persona. En 2001, u$s 4,3 por persona y este año va a costar u$s 3 por persona. Son palabras del síndico general de la Nación.

FORTUNA: En algunos medios se ha hablado del “censo del miedo” y de las dudas de la gente respecto de los encuestadores. ¿Qué opina?

ITZCOVICH: Más allá de un muy pequeño microclima, el trabajo lo estamos haciendo entre todos y estamos seguros que va a ser un excelente censo. Antes de los festejos del Bicentenario se decía también ‘no salga’ o ‘para qué cortan la 9 de Julio’. Después hubo 6 millones de personas en la calle y no hubo ni un solo incidente. Con el censo va a ocurrir lo mismo. Respecto de los temores que se pretenden agitar, creo que no va a tener ninguna incidencia. En las grandes ciudades hicimos un acuerdo con Víctor Santa María de los encargados de edificio.

FORTUNA: Varias universidades difundieron un informe que cuestiona la capacidad técnica de quienes hicieron el diseño conceptual de la encuesta.

ITZCOVICH: ¿Sabes quién es una de las personas que más sabe de censos en la Argentina? Ana Edwin, la directora del INDEC. Está desde el censo del 70. El coordinador del censo, que también es director de metodología, está desde hace 23 años en el INDEC. La gente de diseño conceptual, a pesar de su juventud, está hace más de 20 años.

FORTUNA: Desde la comisión interna de la Asociación de Trabajadores del Estado en el propio INDEC se afirma que las últimas pruebas piloto han sido insuficientes.

ITZCOVICH: Vi algo de eso pero no tengo tiempo para perder en esas pavadas. La de Chivilcoy y Tolhuin fueron las últimas prueba porque habían empezado en 2007. Se hizo un sábado y fue la mejor prueba, porque se probaron todas las etapas del censo. Las pruebas experimentales sirven para probar. No sirven para que me salgan perfectas y después el censo sea un desastre, como ocurrió en 2001, cuando estaba todo bárbaro, pero después la Ciudad de Buenos Aires dio menos población que en 1991.

FORTUNA: ¿Por qué cree que incluso los economistas cercanos al oficialismo, cuando hablan de inflación, lo primero que recomiendan es “reformular el INDEC”?

ITZCOVICH: Es la opinión de ellos. Pero lo que te digo es que si le preguntás a cualquiera cómo se hace metodológicamente un IPC, cómo se hace en teoría y cómo lo hacen las consultoras que dicen que lo hacen, no lo saben, no tienen metodología. Y muchas veces dijimos ‘debatamos: yo mido el tomate en 200 negocios, ¿vos dónde lo medís?’.

FORTUNA: ¿Ningún empleado del INDEC le plantea“para qué trabajar tanto si después van a dibujar los resultados”?

ITZCOVICH: La gente que trabaja en el sistema estadístico sabe cómo trabajamos, cómo trabajan ellos mismos y cómo trabajamos nosotros. Y saben también las falacias que se dicen en algunos lugares, porque lo viven a diario. No es que yo les invento una historia. La gente viene y está de las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche laburando. Saben cómo se labura, saben lo que hay en material humano y saben que cuando de afuera intentan vender que la patota, que esto o que aquello, es una falacia.

Lea la entrevista completa en la última edición de Revista Fortuna

22/10/2010

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