Desde la vuelta a la democracia, la inflación se ha vuelto un problema cíclico y continuo para los argentinos. Por que es más una molestia que una pesadilla.
Argentina parece haber ignorado una y otra vez las recetas para no caer en la inflación. A lo largo de diversos gobiernos, y desde la vuelta de la democracia, la inflación se ha vuelto en un problema endémico para la sociedad.
El diario The Wall Street Journal publicó un estudio a cargo del economista Luis Secco, director de la consultora Perspectiv@s Económicas en que se detalla la tasa promedio mensual de inflación en Argentina desde que el país regresó a la democracia en 1983. Su intención fue analizar cómo se vería si se mantuviera durante un año bajo los últimos presidentes del Banco Central.
El resultado muestra que una inflación alta ha sido la constante por buena parte de las últimas décadas.
En efecto, según señala el especialista, el promedio mensual de inflación alcanzó una sorprendente tasa anualizada de más de 109.000% antes de caer a un relativamente benigno 332% en el segundo trimestre del año siguiente.
Así y en la actualidad con una inflación cerca de 40% anualmente, la inflación se convirtió en un viejo problema para los argentinos, pero en cierta forma es más una molestia que la pesadilla macroeconómica que podría ser en otro país, detalla el diario.
En efecto, los argentinos se han acostumbrado tanto a la alta inflación que han desarrollado una cierta inmunidad psicológica a ella. Lo han visto una y otra vez y no los asusta. El mismo motivo que, en otros países, podría causar pánico.
