Paranoia empresarial ante la posibilidad del “fin del fin de ciclo”

Desde 2013 tenían expectativas de un cambio en el poder. Pero ahora se muestran desilusionados tras la designación de Zannini como vice de Scioli. Apuesta al ballottage o a una nueva “supervivencia” hasta 2019.

Redacción Fortuna

“Sólo lo vimos dos o tres veces, cuando nos recibieron Néstor o Cristina, pero nunca dijo una palabra”. Así describe uno de los principales popes industriales a Carlos Zannini, el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia y recién nombrado compañero de fórmula de Daniel Scioli. El Chino en las últimas 72 horas se transformó en la encarnación del mayor temor de los hombres de negocios: que “las correcciones” que esperan y en parte proponen todos los aspirantes a llegar a la Casa Rosada, incluso los asesores de Scioli como Miguel Bein o Mario Blejer (ver aparte), nunca lleguen.

Ni siquiera con “gradualismo”. Se refieren a bajar la inflación, corregir el tipo de cambio y levantar restricciones al dólar, entre otras medidas. Si bien en muchos sectores en esta década hubo ganancias récord, apostaban a un interlocutor nuevo en el Estado. Pero empiezan a ver que, con Zannini al lado de Scioli, si gana el Frente para la Victoria, el poder seguirá en manos de CFK.

Hace no tanto tiempo, era un lugar común en ambientes de negocios la frase “fin de ciclo”. La idea de que el 10 de diciembre se terminaba un ciclo político, dominado primero por Néstor y luego por Cristina Kirchner, había llevado a muchos ejecutivos a armar estrategias de supervivencia hasta el 10D, e incluso a animarse a hablar pese a las represalias del Gobierno. Ahora, de a poco, vuelve el off the record. A medida que el oficialismo comenzó a fortalecerse de la mano de cierta calma cambiaria, y en particular luego de que CFK impusiera a Zannini, dejó de hablarse del “fin de ciclo” a secas. Es el “fin del fin de ciclo”.

Apocalípticos e integrados. El nuevo escenario, sin embargo, los agrupa en diferentes bandos, de más a menos alarmistas:

◆ Están los que creen que deben reaccionar ahora y buscar influir en el rearmado opositor para que el PRO consiga llevar al oficialismo a un ballottage. Sectores empresarios alineados con el radicalismo creen incluso que el kirchnerismo puede haber dado un paso en falso al poner a un “ultra K” que le haga perder a Scioli los votos independientes que podría haber tenido. “Los que hablan de un escenario negro son empresarios que no saben de política”, desafió uno con años de lobby, que remarca la importancia de las PASO para terminar de polarizar la elección. La Unión Industrial Argentina (UIA), con distintas expresiones en su interior, tendrá el 30 de junio foto con Mauricio Macri en la ronda con presidenciables. El fortalecimiento del oficialismo, además, ralentiza el recambio en la conducción de esa central, que sigue recayendo, con mandato vencido, en el plástico Héctor Méndez.

◆ En el Foro de Convergencia Empresarial, nacido en plena efervescencia tras las elecciones de 2013, aseguran que aprendieron la lección. “Nosotros vamos a seguir promoviendo nuestros lineamientos como hasta ahora”, subraya Miguel Blanco, coordinador del espacio que dice nuclear más de sesenta cámaras sectoriales.

“Zannini es el filtro jurídico de la década kirchnerista; que lo hayan designado a él deja en claro que quieren seguir controlando el Estado, y eso preocupa”, dice un abogado importante del mundo corporativo.

◆ Otros reconocen que se apresuraron en “dar por muerto” al oficialismo dicen que “se comieron el amague” como en 2009, cuando, tras la derrota de Néstor Kirchner a manos de Francisco de Narváez, empezaron a contar los porotos y luego todo se dio vuelta. “Habrá que volver al escenario de cuidar los sectores y tender puentes de diálogo para minimizar daños, quizás otros cuatro años”, se sinceró un referente de una alimentaria. Muchos de ellos estarán el 1º de julio en el Cicyp, en un almuerzo de empresarios nucleados por Eduardo Eurnekian, para escuchar al ministro de Economía, Axel Kicillof. Creían que en la convocatoria los esperaba un balance, una despedida. Pero puede ser un adelanto de lo que sigue.

◆ Un último grupo podría ser el de los “lapiceristas”. Por ahora, abiertamente lo encabeza Adelmo Gabbi, el titular de la Bolsa de Comercio. En el reciente brindis con periodistas, soltó: “En la Argentina, el que tiene la lapicera manda”. Y pone fichas a la autonomía de Scioli.

‘No’ a un plan atribuido al “Chino”

Reuniones recientes entre el propio secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, con el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, desataron temores entre ejecutivos sobre algún tipo de proyecto de ley que regule las cámaras empresarias, en sintonía con legislación que existe en Brasil, donde, por ejemplo, la Federación de Industrias de San Pablo se beneficia de la “afiliación obligatoria” de las empresas, que le permite gozar de un importante presupuesto.

Aunque no vio ni conoce ningún proyecto así en el país, ante el solo rumor revelado por el diario Clarín, el titular de la cámara alimentaria, Copal, y vicepresidente de la Unión Industrial Argentina, el abogado Daniel Funes de Rioja, subrayó que cualquier tipo de reglamentación en ese sentido sería “inconstitucional y violatoria de tratados internacionales”. Explicó que “en la Argentina no hay regulación para cámaras, que se rigen por la libertad de asociación que está en la Constitución y el Código Civil, y también garantizada por la libertad de agremiación que defiende la Organización Internacional del Trabajo”. La paranoia respecto de que Zannini podría trabajar en este proyecto se potenció con su aparición como vice.

Por Jairo Straccia | Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.