Corrupción, tarifazo e independencia

Por Alejandro Estivariz Barilati | "Independencia no sólo refiere a la libertad de la Patria frente a cualquier Nación extranjera sino también a la libertad de los individuos respecto al gobierno de su propio país. Esto es algo que Alberdi entendió y señaló con claridad."

Redacción Fortuna

Los portales de diarios de las últimas semanas se hicieron eco de los hechos de corrupción  y el tarifazo. Nos referimos aquí a dos cuestiones que, a los ojos de la sociedad y la opinión pública, parecen tener ahora una relación mucho más estrecha entre sí. Es que a partir del cambio de gobierno muchos argentinos comenzaron a tomar consciencia de esta evidente realidad.

Creer que el 10 diciembre se limitaría a ser una fecha marcada por el arribo a la presidencia y el gabinete de un equipo de CEOs dispuestos a salvarnos de la decadencia de los últimos 12 años es una ingenuidad. Implicó primero que nada el abandono de los tintes paternalistas de gobiernos anteriores. El mensaje en las palabras y los hechos son claros: no hay gobernantes y funcionarios mesiánicos capaces de resolver todos nuestros problemas. El cambio empieza por cada uno de nosotros y así lo transmitió Macri en cada uno de sus discursos de campaña.

Junto con el tarifazo y las nuevas revelaciones sobre hechos de corrupción llegó el bicentenario de la independencia. Aquí es donde quisiera detenerme por un segundo. Esta fecha patria nos invita a reflexionar acerca de qué es lo que entendemos por independencia. Comprender su verdadero sentido nos permite captar más acabadamente nuestra actual coyuntura política, económica y social.  Independencia no sólo refiere a la libertad de la Patria frente a cualquier Nación extranjera sino también a la libertad de los individuos respecto al gobierno de su propio país. Esto es algo que Alberdi entendió y señaló con claridad.

Si realmente nos consideramos ciudadanos libres debemos comprender que nuestra libertad tiene un costo y que hay que luchar por ella para conservarla. Sin ir más lejos, la  participación masiva de la ciudadanía en la fiscalización de las últimas elecciones es un claro reflejo de lo que estoy hablando. Fue una manifestación visible de personas luchando por recobrar sus libertades.

Pero al hablar de libertad solemos olvidarnos de algo esencial: la responsabilidad. Decidimos y actuamos libremente en la medida que asumimos las consecuencias que esas decisiones y actos traen aparejadas, sean beneficiosas o perjudiciales para nosotros mismos. Y aquí vuelvo sobre la polémica en torno a las tarifas. Pareciese que nos cuesta asimilar que no existen buenos y malos en esta película. Simplemente hay un gobierno que intenta que sus ciudadanos asuman responsabilidad sobre sus decisiones. Es claro que el aumento de tarifas tiene correlato directo con la corrupción y las pésimas políticas en la administración de los recursos públicos del anterior gobierno. Pero acaso siendo conscientes de esto, no fueron la mayoría de los ciudadanos quienes optaron por seguir eligiendo a los mismos gobernantes?

Es entendible que muchos estén enojados y angustiados frente a esta situación. Más aún sectores de la sociedad que durante años han sido rehenes de un sistema político clientelar que limitó su libertad de elegir. El camino que hay por delante es arduo y desafiante de eso no hay dudas. Pero que mejor forma de enfrentarlo que con la plena confianza de que nuestro futuro está en nuestras propias manos.

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