Los pobres reciben sólo un cuarto de la baja del IVA

Por Jorge Colina* / Cómo lograr que el descuento del IVA favorezca realmente a quienes lo necesitan.

Redacción Fortuna

La población de ingresos medios y altos es quien se apropia de la mayor parte de la reducción del IVA en alimentos porque es la que más consume estos productos. Mucho más progresivo y eficiente es restablecer el mecanismo de devolución del IVA a las familias pobres por las compras con tarjeta de débito.

Es útil analizar la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares del INDEC. Según esta fuente se observa que:

El 30% de los hogares de menores ingresos (pobres) asigna 47% de su ingreso a alimentos, pero compra sólo el 26% de todos los alimentos que se venden en el país.

■ El 40% de los hogares de ingresos medios asigna 30% de sus ingresos a alimentos y consume el 38% de los alimentos.

El 30% de hogares de mayores ingresos asigna sólo el 20% de sus ingresos a alimentos y consume el 36% del total de los alimentos.

Estos datos confirman que a menor nivel de ingresos del hogar, mayor es la proporción asignada a comprar alimentos. Pero como la brecha de ingresos es tan alta, quienes más alimentos consumen terminan siendo las familias de altos ingresos. Por eso, la mayor parte del esfuerzo fiscal de quitar el IVA a los alimentos es apropiado mayormente por familias de altos ingresos. A las familias pobres les llega sólo un cuarto de la reducción del IVA. Hay que agregar que entre las familias pobres es más frecuente la adquisición de alimentos en almacenes que operan “en negro”.

En cambio, las familias de altos ingresos son más propensas a comprar en supermercados, que son los más presionados por el gobierno a cumplir con la baja de precios asociada a la reducción del impuesto. La misma Encuesta Nacional de Gasto muestra que sólo el 20% de las ventas de los supermercados es a familias pobres, mientras que el 43% es a familias que están en el 30% de los hogares de mayores ingresos.  

Un instrumento más eficiente y justo es restablecer la devolución del IVA a las familias pobres cuando pagan con tarjetas de débito. Con un costo fiscal acotado se podría ampliar el padrón de beneficiarios procurando llegar a todas las familias vulnerables y extender la eximición a todos los alimentos, no solo al acotado listado que dispuso el gobierno. Simplemente apelando a este instrumento, que ya está probado que funciona, se podría lograr mayor impacto social y menor pérdida de recaudación evitando además el conflicto con las provincias.

No menos importantes son las consecuencias sobre la evasión. Aplicar el IVA con una multiplicidad de alícuotas facilita la evasión; además de generar otros efectos distorsivos como la posibilidad de que algunos contribuyentes sistemáticamente tengan saldos a favor. Chile recauda mucho más IVA que Argentina porque tiene un diseño más simple basado en una alícuota más baja, única y de aplicación masiva.

*Presidente del Idesa

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