La crisis de la producción pesó más en las urnas que el dólar quieto

Por Patricia Valli | Congelar el tipo de cambio para favorecer a la clase media tuvo como contrapartida la retracción de la industria y las economías regionales. El espejo del 2011. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

La estrategia de mantener el dólar quieto a lo largo del año para evitar los saltos inflacionarios y sostener el consumo le permitió al oficialismo llegar con cierta estabilidad a las elecciones, pero condenó a las economías regionales a la recesión que se manifestó con fuertes derrotas en las urnas en las principales zonas productivas del país.

“El oficialismo perdió 18 puntos en comparación con la elección de 2011”, cuando Cristina Fernández obtuvo el 54% de los fotos, sostuvieron los analistas de Economía & Regiones sobre el resultado del 36% que obtuvo Daniel Scioli el domingo pasado. “El nivel de actividad, de crecimiento económico, de riqueza, el salario, las exportaciones y el mercado de trabajo” son las variables que explican el impacto de la economía en los votos, según la consultora que dirige Alejandro Caldarelli.

En la comparación con las elecciones de 2011, este año se estima un crecimiento del 1% contra el 6,5% que ostentaba el PBI entonces, mientras que el consumo avanza 1,3% y en ese momento se expandía al 7,5%. La inflación también pasó del 22% hace cuatro años al 28% que estima la consultora Ecolatina para 2015, en línea con lo que fueron los acuerdos paritarios en promedio, aunque la estimación oficial de suba de precios arroje el 15% para este año.

El desempleo, además, medido por los privados, se estima en 10% para este año, dos puntos por arriba de 2011. Además, unas 890 mil personas abandonaron el mercado de trabajo entre 2011 y 2015 por el “efecto desaliento”, según un informe de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.

Mapa recesivo. Este año, las suspensiones impactaron en sectores como el metalúrgico y automotor, industrias vitales tanto para la provincia de Córdoba como para Buenos Aires y la zona centro en general. De la misma forma que los esfuerzos para mantener el dólar “planchado” y convertirlo en un ancla para evitar subas de precios impactaron en las exportaciones, en particular de las economías regionales, que reclamaron a lo largo del año que el tipo de cambio acompañe la inflación.

Los estímulos a la actividad llegaron en la previa de las elecciones primarias, en agosto. Y los indicadores del tercer trimestre muestran, en tanto, una “ralentización respecto al segundo trimestre, aunque con un comportamiento algo dispar”, según detalló la consultora ACM.

“Si bien la mayoría de las estadísticas ligadas al consumo arrojan resultados algo más positivos, las cifras de la industria y la construcción parecen ir en sentido contrario, ratificando el magro desempeño en términos de actividad a corto plazo”, ponderaron los economistas de ACM, Javier Alvaredo y Maximiliano Castillo Carrillo.

La mejora del consumo fue leve, acompañada por programas de estímulo como el Ahora 12, que permite comprar en cuotas pero estuvo lejos del “recalentamiento” habitual de un año electoral, aunque el gasto creció por arriba del 40% para sostener la actividad. Las restricciones –tanto de dólar para insumos como bienes para la industria– pesaron sobre la actividad privada.

La obra pública permitió también un repunte del sector de la construcción, mientras que otros como el manufacturero se mantienen sin levantar cabeza. En agosto, según la UIA, la industria creció 4,7% pero en los primeros ocho meses de 2015 acumula una caída del 0,4%. El Gobierno privilegió los dólares para la clase media, tanto en viajes como ahorro. Pero pese a que apuntó al voto dólar, no lo capitalizó en las urnas. Los más de US$ 8.500 millones en “dólar ahorro” desde que moderó el cepo coinciden con la deuda estimada por los importadores con el sector, aunque algunos cálculos elevan esa deuda a los US$ 10 mil millones.

La ecuación, en tanto, prevé prolongarse en las semanas restantes hasta el ballottage del 22 de noviembre. “Prefieren retacearle los dólares a un puñado de empresas importadoras que a los beneficiarios del dólar ahorro”, estimó el especialista en comercio exterior Miguel Ponce sobre la estrategia electoral.

Esta semana, el Banco Central incorporó nuevos controles –como limitar de US$ 150 mil a 75 mil el monto diario para pagos de compras y turismo–, todavía con impacto incierto en la actividad, aunque abre interrogantes sobre el impacto de la producción en la suerte del oficialismo en la segunda vuelta.

En la recta final, la obra pública. Un mes antes de las elecciones del domingo pasado, la construcción mantuvo la tendencia al crecimiento de la mano de la obra pública. Así, la actividad subió 5,8% en septiembre, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Dentro de la radiografía por sectores, la suba fue del 7% en las obras de infraestructura y 5,7% en las obras viales en la antesala de los comicios. Desde enero, el sector acumula una suba del 7,5% en comparación con los primeros nueve meses de 2014.

La actividad recuperó una tendencia alcista luego de que en agosto el ritmo de crecimiento se desplomara a 3% tras el 13% que se había producido en julio.

Por su parte, el consumo de servicios públicos aumentó 2,4% en septiembre y se encontró con un límite: la capacidad de expansión de la telefonía que aportó alzas superiores al 10% durante varios hasta 2013 apenas aumentó 0,8% en septiembre, en lo que los economistas definen como “límite físico” por la falta de infraestructura para la producción.

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