Los movimientos que está llevando a cabo la compañía de Marcos Galperin confirman que el sistema financiero ya no se divide entre bancos y no bancos, sino entre quienes tienen la capacidad de diseñar soluciones completas, basadas en tecnología, datos y escalabilidad.
Cuando una fintech lanza una tarjeta de crédito con su propia marca, no está simplemente ampliando su oferta de productos. Está cambiando de categoría. Deja de ser una plataforma de pagos para convertirse en una institución con poder de crédito, riesgo y fidelización directa.
Eso es lo que está ocurriendo con Mercado Pago.
Este tipo de decisiones responden a una lógica clara: quien controla la experiencia financiera completa desde el onboarding hasta la financiación se posiciona como el actor dominante del ecosistema. Y en ese esquema, depender de intermediarios deja de ser eficiente. La integración vertical es la nueva frontera.
Cómo invertir dólares a través de Mercado Pago y poder usarlos cuando quieras
No se trata solo de ofrecer una tarjeta. Se trata de asumir el control de toda la cadena de valor: definir el perfil de riesgo, establecer condiciones, interactuar directamente con redes como Visa o Mastercard, y construir marca financiera propia.
Este movimiento también tiene una lectura más profunda: confirma que el sistema financiero ya no se divide entre bancos y no bancos, sino entre quienes tienen la capacidad de diseñar soluciones completas, basadas en tecnología, datos y escalabilidad.
¿Mercado Libre puede comenzar a operar como un banco?
En este nuevo mapa, lanzar una tarjeta no es solo una jugada comercial. Es un paso hacia una identidad institucional distinta, más cercana al modelo bancario, pero con el dinamismo y la flexibilidad que ofrece el mundo digital.
Y ese cambio obliga a revisar los marcos regulatorios, los modelos de supervisión y, sobre todo, las condiciones de competencia. Porque el futuro del crédito ya no está solo en las sucursales: se está escribiendo desde las plataformas.
*CEO y Cofundador B2FI



