Liderar y transformar un legado familiar en un sector tradicional

Las empresas familiares tienen el desafío de evolucionar sin perder su identidad. En ese camino, el liderazgo femenino es clave para repensar estructuras y modelos de gestión.

Redacción Fortuna

Cada 8 de marzo, Argentina se une a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, una fecha que celebra los logros alcanzados y también invita a reflexionar sobre los desafíos pendientes en materia de igualdad. En el ámbito empresarial, el rol de la mujer ha cobrado una relevancia innegable, demostrando que su liderazgo enriquece las organizaciones y también impulsa su evolución.

En la industria yerbatera, históricamente dominada por hombres, Sol Orquera, CEO de Establecimiento Santa Ana, lidera con convicción una de las empresas más emblemáticas del sector. Como heredera de un legado familiar, su desafío ha sido doble: honrar la historia de CBSé y, al mismo tiempo, transformarla para asegurar su crecimiento futuro.

“Ser mujer en esta industria implica enfrentar estructuras que, históricamente, no contemplaban liderazgos femeninos. El techo de cristal existe, pero mi misión es que las mujeres en mi empresa no tengan que romperlo, sino que nunca lo encuentren”, sostiene Sol.

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Las empresas familiares tienen el desafío de evolucionar sin perder su identidad. En ese camino, el liderazgo femenino es clave para repensar estructuras y modelos de gestión. Estas no sólo sobreviven por su historia, sino por su capacidad de adaptación.

Entendemos que para trascender debemos repensar estructuras y modelos de gestión que acompañen la transformación. Como líder femenina, considero que una organización colaborativa está más abierta a la innovación” agrega.

Desde su rol, Sol impulsa la incorporación de temas clave en la agenda empresarial; promoviendo la inclusión de mujeres en las estructuras organizacionales, la equidad en la gestión del tiempo y la reducción de las brechas de género.

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“No alcanza con sumar mujeres; es fundamental crear estructuras que les permitan crecer sin pedir permiso. Desde mis inicios en la compañía, hemos generado espacios donde ellas son parte activa de la innovación en procesos y del desarrollo de más de 20 productos. También transformamos la manera en que implementamos ideas en sustentabilidad, productividad, tecnificación y modelos de gestión, asegurando que la diversidad de miradas sea un motor de cambio real”, enfatiza.

En un contexto desafiante, su liderazgo demuestra que es posible transformar una empresa sin perder su esencia y que la equidad de género no es solo un valor: es una estrategia para construir organizaciones más humanas y sostenibles.

Este 8M es una oportunidad para mirar hacia adelante y preguntarnos: ¿cómo queremos que sean las empresas del futuro? ¿Estamos construyendo espacios donde las mujeres puedan liderar sin obstáculos? La respuesta a estas preguntas marcará el rumbo de las organizaciones en los próximos años.