Mientras espera a CFK, el titular de la UIA analiza vender su empresa

Por falta de ayuda del Gobierno, por estas horas analiza vender su histórica empresa de plásticos Conarsa.

Redacción Fortuna

Por Jairo Straccia (*), @jairostraccia

Cuando esta tarde el titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, reciba en el Sheraton de Pilar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para el cierre de la 20º Conferencia Industrial, sonreirá y le dará la mano con hospitalidad. Pero en su fuero íntimo sentirá una fuerte contradicción: por falta de ayuda del Gobierno, por estas horas analiza vender su histórica empresa de plásticos Conarsa.

Así lo confirmó PERFIL de fuentes cercanas a la conducción de la compañía que desde la década del 70 lidera la provisión de productos de envases y contenedores en el país. "Es una idea que nos ha contado en varias oportunidades", coincidieron ayer dos miembros del comité ejecutivo de la central fabril. De hecho, en un almuerzo antes de recibir a la ministra de Industria, Débora Giorgi para la inauguración del tradicional evento, volvió a compartir con sus invitados las penurias que atraviesa su pyme con oficinas en Buenos Aires y una planta en San Luis.

Aún no trascendió quiénes serían los compradores. Pero la intención de Méndez sería ceder el 50% de la compañía. No se sabe si ingresarán capitales locales o si en cambio ampliará su participación el grupo italiano Jcoplastic que hoy ya es socio de Conarsa. Sería una ironía del destino que el anfitrión de la jefa de Estado que hace bandera de la industria nacional esté pensando en desprenderse de su empresa a manos extranjeras. "La industria argentina está de pie", decía al lado de Méndez, por su parte, una bravía Giorgi, ante más de 500 hombres de negocios. La escuchaban Luis Betnaza (Techint), Cristiano Rattazzi (Fiat), Adrián Werthein (Telecom) y Rubén Cherñajovsky (NewSan), entre otros.

El plan de Méndez sería, una vez concretada la venta, quedar con un rol formal o institucional, pero salir de la gestión diaria. “Estoy preocupado, no puedo estar feliz cuando mis trabajadores están suspendidos y mi fábrica parada”, había dicho Méndez en una entrevista con Ámbito Financiero durante el último Coloquio de IDEA en Mar del Plata, en octubre. Por entonces, advertía a los periodistas que la caída de la demanda local y el ingreso de competidores desde Chile lo estaban arruinando, y que había llamado al secretario de Comercio, Augusto Costa, sin recibir respuesta. "Y no tenemos ni un pedido para el año que viene", se lamentaba. Premonitorio, soltaba: "Estoy cansado de luchar por las cuestiones institucionales y ver cómo se derrumba lo mío".

Las tratativas se llevan adelante con total hermetismo. Méndez, un equilibrista de la política y los negocios, busca el momento indicado para dar el paso que le permita salir de una situación que, durante este último mandato, el tercero al frente de la UIA, lo ha tenido en diversos cruces con el Gobierno. La política nacional y la representación gremial empresaria son igualmente ingratas, pensará Méndez. En septiembre se ganó la bronca de buena parte de la UIA cuando se sentó en la mesa de CFK en el Día de la Industria en Tecnópolis luego de militar para que no hubiera representación de la entidad porque en aquellos días se estaba por aprobar la modificación de la Ley de Abastecimiento. "No puedo decirle que no a un pedido de la Presidenta", explicaba luego. Por entonces, sus empleados ya protestaban por suspensiones.

Por estas horas, mientras masculla una eventual salida de su empresa, Méndez hace un último esfuerzo para no disgustar al Gobierno que participa del evento con su ministro de Economía, Axel Kicillof, con el titular de YPF, Miguel Galuccio, y con la propia Presidenta. Quizás lo haga a la espera de que le tiren un centro para paliar la crisis. Le pidió al Grupo de los 6, el sello que integra con banqueros (AdeBA), comerciantes (CAC), financistas (Bolsa), constructores (Camarco) y chacareros (SRA), postergar al menos unas horas la impugnación judicial a la Ley de Abastecimiento. "No podemos invitar a funcionarios y abrir una batalla judicial al mismo tiempo", interpretaba un industrial.

(*) Editor de Economía de Diario Perfil.