Argentina avanza en calidad institucional... en sentido contrario.

En el Índice de Calidad Institucional 2014, Argentina muestra grandes avances... en dirección contraria a donde queremos ir. Por Aldo Abram. Galería de fotosGalería de fotos

Redacción Fortuna

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Por Aldo Abram

Es común que se publiquen indicadores de calidad institucional que califican a los países según las características de las democracias republicanas; pero no lo es tanto contar con uno que establezca su evolución según los principios de las democracias populares o populistas. Así que aquí presentamos uno que se basa en tomar dos subgrupos con cuatro indicadores y hacer un promedio simple (sin ponderaciones arbitrarias) de todos los datos.

Uno de los subconjuntos es el político, compuesto por:

a) Vigencia de los derechos sociales y populares: Contempla en qué medida los jueces y las leyes priorizan las necesidades sociales sobre los derechos individuales, en particular el de propiedad.

b) Liderazgo popular y nacional: El Poder Ejecutivo Nacional maneja ampliamente el poder delegado por el pueblo para cumplir con el mandato popular. El régimen electoral y de partidos debe representar cabalmente al pueblo, para defenderlo de los avances de las oligarquías y de las minorías reaccionarias.

c) Los medios deben estar al servicio del pueblo y reflejar en su mensaje el relato nacional y popular y no las opiniones de las minorías reaccionarias ni la de los intereses corporativos mediáticos o económicos que se oponen al modelo de Democracia Populista.

d) Transparencia: Enfrentar a las corporaciones económicas y mediáticas para defender el modelo nacional y popular que votó el pueblo exige contar con todos los resortes del poder. Esto incluye, el económico; lo que implica contar con la caja necesaria para poder confrontarlos con posibilidades de éxito. Debe evitarse que los enemigos del pueblo coopten los organismos de control del estado para, desde allí, minar las políticas nacionales y populares; por lo que deben ser manejados por aquellos que compartan la defensa de la gesta del pueblo.

El otro subgrupo es el de las instituciones económicas en las que se sustenta el modelo productivo nacional de matriz diversificada y está compuesto por:

1) Un indicador que evalúa cuán cerca se ha llegado en el objetivo de alcanzar el autoabastecimiento e integración total del aparato productivo nacional. De esta forma, se disminuye la dependencia de los poderes económicos internacionales. Para ello, es vital la administración del comercio exterior por parte del gobierno que velará por la “mesa de los residentes”, el empleo y el desarrollo de la producción y el empresariado nacional.

2) Luego hay dos índices que analizan si las normativas y los funcionarios públicos responden al objetivo de redistribuir la riqueza y luchar contra las corporaciones económicas en defensa de los derechos sociales e imponerles el objetivo de atender las necesidades del pueblo. Esto implica la necesidad de controlar los precios, un abastecimiento adecuado de los productos, que la inversión y el crédito se dirija donde sea mejor para el desarrollo del modelo. En definitiva, la riqueza, el ahorro y las divisas producidas por el pueblo deben ser administradas por el gobierno en función del mandato popular recibido por éste en las urnas.

3) Un aparato productivo de matriz diversificada que se desarrolle en función de las necesidades del pueblo y del país debe contar con un control riguroso del gobierno. Por lo tanto, es importante exigirle a aquellos que quieran emprender algún negocio se encuadren dentro de lo que se ha establecido en términos de requisitos para ese fin. A mayores regulaciones y control de los funcionarios, mayor será la garantía de que las empresas desarrollarán su actividad en beneficio del pueblo y que no aparecerán oportunistas que intenten medrar en contra del mismo aprovechando la bonanza generada por el modelo.

El resultado final de este índice es el que se acompaña en el cuadro que, por una razón de espacio, presenta solamente a los países de Sudamérica; pero que incluye a192 naciones del mundo. De acuerdo al pensamiento nacional y popular seguramente obtendremos consenso si afirmamos que los dos modelos a seguir en la región son el de Venezuela y Cuba, que son quienes se encuentran en los primeros lugares. El índice puede ser injusto con Cuba; ya que en tres de los indicadores económicos no figura. Probablemente si lo hiciera, estaría en el primer lugar.

Tabla

Luego, queda claro que hay países que, desde 2007, han tenido enormes mejoras en términos de avanzar hacia una plena vigencia de las instituciones democrático-populistas. Se destaca la Argentina que ha mejorado 41 posiciones y, en el último año, ha avanzado 7 en el ranking general; lo que demuestra la vocación de su gobierno por imponer el mandato popular sobre las corporaciones económicas y mediáticas que dominaron la escena local hasta la última década. En tanto, Venezuela sólo ha mejorado 23 lugares; pero se ubica dentro de los 10 países que puntean en el ranking.

Por el contrario, hay países que han mostrado una clara involución en los avances de los derechos sociales y se han alejado del modelo nacional y popular. Es el caso de Chile que se encuentra en el lugar 170 en el ranking general, reflejando el fuerte enquistamiento de las corporaciones económicas y mediáticas en el poder político, en desmedro de las mayorías populares. Dos naciones que, lamentablemente, se están alejando de los principios de “un gobierno del pueblo y para el pueblo” son Perú y Colombia, que han perdido 20 posiciones desde que se hace este indicador.

Lo interesante de este índice es que se construyó interpretando por la contraria el Índice de Calidad Institucional que elabora la Fundación Libertad y Progreso; pero bajo los parámetros de las democracias republicanas. El que los resultados tomados por la inversa den según lo que esperaría alguien de pensamiento populista o “progre”, puede tomarse como una muestra de su consistencia en términos de reflejar en forma realista la percepción relativa sobre la calidad institucional de los países.

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AldoAldo Abram es Master en Ciencias Económicas CEMA y Lic. en Economía. Director Ejecutivo del Centro de Investigación de Instituciones y Mercados de la Argentina (CIIMA) perteneciente al ESEADE. Profesor de la Maestría en Finanzas e Investigador Independiente de ESEADE. Es socio y Director General de la Consultora EXANTE. Fue socio y gerente de la Consultora PROECO. Es Director Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.

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