Aranguren y su salto a la política: “Puedo colaborar desde otro lado”

Tras explicar que los combustibles suben para acompañar la devaluación del peso, el presidente de Shell coqueteó con su irrupción en la arena política, entre versiones que lo vinculan al PRO.

Redacción Fortuna

Por Jairo Straccia (*)

Luego de anunciar, al igual que YPF, un aumento del 0,9% en las naftas para acompañar la lenta pero persistente devaluación del peso, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, pronosticó un 2015 sin crecimiento en las ventas de combustibles, al tiempo que volvió a coquetear sobre la idea de lanzarse a la política para capitalizar la reputación construida durante una década de enfrentamiento con el kirchnerismo.

“Creo que desde el rol que tuve, o que tengo en la compañía, he tratado de colaborar en el desarrollo energético, y lo puedo seguir haciendo desde otro lado”, respondió a una consulta de PERFIL sobre las reiteradas versiones que lo ubican con alguna candidatura o cargo de cara al recambio presidencial.

El año pasado, Aranguren había dado a entender en una entrevista en Rock and Pop que entre Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri se inclinaba por el liderazgo del jefe del PRO. “Por el momento -indicó este mediodía- me mantengo en el rol al frente de la compañía, la semana que viene será otra semana...”, deslizó, y redondeó: “Tiempo al tiempo”. Aranguren cumplió el domingo 36 años en la empresa y lleva 12 como presidente, por lo que suele repetir que hay que dejar paso a las nuevas generaciones.

Su nombre suena para diversos puestos en los tempraneros armados imaginarios de la fuerza de centroderecha. Al compás de las encuestas que muestran al PRO en ascenso, asoman como gurúes energéticos Federico Sturzenegger, execonomista de YPF, tanto como eventual Secretario de Energía como posible líder de la petrolera estatal. Pero en ese cargo no descartan una eventual continuidad del CEO de la petrolera estatal, Miguel Galuccio, con quien el propio Macri se ha reunido en más de una oportunidad. En ese enjambre también se suma el empresario, que además cuenta con un perfil elogiado por los “constructores” de candidatos que rodena al jefe de gobierno porteño. “Gane quien gane el 10 de diciembre, vamos a tener que hacer los deberes de una manera tal para recuperar la confianza”, dice mientras tanto el ejecutivo.

Todas elucubraciones por demás aventuradas a años luz de las elecciones. Lejos de ellas, Aranguren participó hoy de la inauguración de dos estaciones de servicio, una frente a Nordelta, en Tigre, y otra en Escobar. La cadena llegó así a 613 bocas de expendio de las cual sólo maneja 49. Cada una insume aproximadamente una inversión de US$ 2 millones, con surtidores importadores y luminarias con tecnología LED. Pese a ello, el panorama para este año es de “no crecimiento en la venta de combustibles”, dice el titular de Shell. Ya registran una merma del 3% en las ventas de gasoil respecto del año pasado, cuando también se había registrado un declive del 3,7%, y un estancamiento en la provisión de naftas.

El gasoil refleja el ritmo de la actividad económica, “aunque es apresurado sacar conclusiones porque aún no empezó la siembra gruesa”, indica Aranguren. Y el movimiento de las naftas refleja el bolsillo de los consumidores. “No creo que el poder adquisitivo del argentino medio se vaya a modificar hacia el alza tras las paritarias y no creo que eso vaya a modificar el consumo”, vaticina. La venta de naftas creció al 7% durante ocho años, en paralelo al crecimiento del parque automotor, que tocó picos de ventas en 2013, en tiempos de mayor cepo al dólar, y empezó a caer desde 2014.

En algunos momentos, Aranguren habla casi como dirigente político. Así, enumera que el país tiene un déficit del 12% en abastecimiento energético y que harán falta entre siete y diez años de entre 25 y 35 mil millones de dólares para desarrollar los recursos que por ejemplo hay en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta, donde se supone que descansan 803 trillones de pies cúbicos de gas y 27.000 millones de barriles de crudo de recursos potenciales estimados. “Hace falta marco regulatorio y reglas de juego que permitan recuperar la atracción del capital internacional”, apunta al tiempo que recuerda que “por los precios bajos del petróleo” cualquier empresa “va a ser muy cuidadosa de tomar decisión de inversión en cualquier país”. “Con una explotación racional de los recursos se puede cubrir el déficit y exportar energía”, completa.

Shell está en un proceso de exploración a seis años en Vaca Muerta, con dos áreas piloto en Neuquén y otra en sociedad con la francesa Total. La aspiración es, en tres años, definir un “plan de desarrollo de explotación masiva si se confirman datos que están obteniendo ambas concesiones”. La compañía holandesa, por otro lado, viene vendiendo activos en distintas partes del mundo. Incluso le transfirió a Petrobras su operación en Uruguay y Paraguay, y en Chile a la familia Lucksic. Sin embargo, Aranguren enfatiza que la empresa que preside es la única petrolera del país que en los últimos 12 años no cambió de dueños. No dice “nunca digas nunca”, pero aclara: “En un proceso de compraventa hay una evaluación de cuál es la evolución futura del negocio y la realidad tangible de lo que me pueden pagar hoy”.

El empresario denunciado decenas de veces por el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, goza de respeto en la comunidad de negocios que ha hecho del silencio una forma de convivencia con la Casa Rosada. Se da el lujo, a la pasada, de preguntarse si alguien se acuerda de “los expertos en mercados regulados” que llegaron a tener el 25% de YPF en tiempos de Repsol, en referencia a la familia Eskenazi. Y también de marcar que en el Golfo de San Jorge hay una petrolera que pudo desarrollar mejor su negocio porque consiguió extender su contrato de concesión, en referencia a la prórroga que PAE logró en Chubut para el yacimiento Cerro Dragón, hoy investigada por presuntas coimas al gobierno de Mario Das Neves.

(*) Editor de Economía de Diario Perfil. En Twitter:  @jairostraccia

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